Con la llegada del verano y el aumento de actividades acuáticas, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) llama a los consumidores a dar prioridad a la seguridad al adquirir flotadores, chalecos salvavidas y juguetes acuáticos. También recalca la necesidad de realizar estas compras exclusivamente en el comercio formal, donde se resguardan los derechos de los consumidores.
“Es muy importante que los consumidores compren este tipo de productos en el comercio formal, ya que le permite ejercer todas las garantías propias de la Ley del Consumidor”, afirmó el director nacional del Sernac, Andrés Herrera.
El Sernac subraya la relevancia de entender la función específica de cada producto. En el caso de los chalecos salvavidas, estos deben permitir a la persona mantenerse a flote con la cara fuera del agua y contar con certificación oficial, como la otorgada por la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar).
Por otro lado, los materiales auxiliares de flotación, como las alitas, proporcionan ayuda para aprender a nadar pero no sustituyen los elementos salvavidas.
Juguetes acuáticos: solo para entretenimiento
Los juguetes acuáticos están diseñados únicamente para entretención en aguas poco profundas. “No son elementos de seguridad ni deben usarse como reemplazo”, puntualizó Herrera.
El etiquetado debe estar en español, incluir advertencias claras, instrucciones precisas y datos del fabricante. Además, los chalecos salvavidas deben cumplir certificaciones como la Circular Directemar o la Norma Internacional ISO 12402.
Es esencial verificar que los productos no presenten bordes cortantes, válvulas defectuosas o daños que puedan comprometer su seguridad.
Para materiales auxiliares y juguetes acuáticos, es crucial que sean adecuados al peso del niño, ya que artículos de baja calidad pueden romperse, escurrirse o generar situaciones peligrosas.
Supervisión constante
El Sernac enfatiza la importancia de la vigilancia activa de un adulto mientras niños y niñas utilizan estos productos.
“Al usar este tipo de productos, los niños y niñas siempre tienen que estar bajo la supervisión permanente de un adulto responsable”, reiteró Herrera.
Finalmente, la institución insta a denunciar irregularidades en el etiquetado, seguridad o calidad de estos productos. “De esta manera, protegemos los derechos de las y los consumidores y fomentamos un entorno de consumo más seguro para todos”, concluyó Herrera.
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