En ese contexto, el órgano persecutor instruyó la toma de declaraciones a los funcionarios de la PDI que fueron receptores de la instrucción de Monsalve, en el marco del uso de la Ley de Inteligencia.
Recordemos que todo esto quedó al descubierto para el Ministerio Público después del 14 de octubre, cuando la denunciante de Monsalve cursó la primera declaración ante los fiscales.
Tras ese hecho, se instruyó a otros funcionarios de la policía civil realizar la indagatoria, incluida la recolección de cámaras de seguridad. Sin embargo, cuando los policías acudieron al lugar de los hechos, se percataron que hace días ya habían acudido otros efectivos de Inteligencia de la PDI a realizar los mismos peritajes.
En su declaración, Vilches detalla que Monsalve la citó a La Moneda, donde le pidió las diligencias, apuntando a que podría habría sido víctima de “algún tipo de atentado o sustracción de información desde su celular”.
De esta forma, sin especificar qué tipo de relación tenía con su acompañante, el entonces subsecretario del Interior le ordenó reconstruir que había pasado en esas 12 o 13 horas en que -según su versión- no se acordaba de nada.
Así fue que se realizó el levantamiento de cámaras de seguridad, la revisión de su teléfono celular, así como el falso reparto de delivery para contactar a la denunciante en su edificio.
Por último, Vilches detalló que el celular que perició la PDI se lo entregó personalmente en La Moneda al entonces jefe de gabinete de Monsalve, Gabriel de la Fuente.
Me desempeño en la Policía de Investigaciones desde 1991, actualmente mi cargo es de Jefa Nacional de Inteligencia de la PDI. En primer término, antes de declarar, debo hacer presente que conforme al art. 38 de la Ley de Inteligencia, mis labores son sujetas a secreto.
Sin embargo, por la misma norma, este secreto puede ser levantado por quién detenta mi cargo. Con el conocimiento y la venia de la señora ministra de Interior, Sra. Tohá y en este acto, levanto este secreto y manifiesto estar en condiciones de contestar las preguntas que se formulen.
Frente a la consulta si personal PDI hayan concurrido a realizar diligencias en el restaurante “Ají Seco Místico” de calle Mac-Iver Nº 366 y/o en el Hotel Panamericano, pasaje Rosa Rodríguez y Teatinos, ambos comuna de Santiago, digo lo siguiente:
El día jueves 10 de octubre (de la semana pasada) me cita (por celular) a sus oficinas de Palacio de La Moneda el entonces Subsecretario de Interior sr. Manuel Monsalve y me expresa su preocupación por, probablemente, haber sido objeto de algún tipo de atentado o sustracción de información desde su celular, en razón que el día domingo 22 de septiembre fue a comer al restaurante Ají Seco que se me consulta con una funcionaria de su oficina, tipo 18:00 hrs donde, además de comer, se tomaron dos piscos sour cada uno y que no se acordaba de nada más, hasta que lo siguiente que recuerda es que unas 12 o 13 horas después se despertó en su pieza del hotel (no se dijo su número) con la funcionaria al lado. El sr. Monsalve me señaló que había salido del Hotel Panamericano, donde sé que vive cuando está en Santiago, que había ido en busca a la funcionaria a Mackenna con Amunategui (muy cerca de nuestro Cuartel General), que de ahí se fueron al restaurante y luego de pedir un segundo pisco sour, perdió el recuerdo hasta despertar en el hotel.
La orden, entonces, era reconstruir que había pasado en esas 12 o 13 horas en que el Sr. Monsalve dijo no acordarse de nada. Que habían conversado con esa funcionaria (a la que llama -nombre oculto- y ambos decían que no se acordaban y que ello motivó que me pidiera lo que he dicho).
El sr. Monsalve me dijo que estaba preocupado por él y -nombre oculto-, en ningún momento dijo nada que sospechase de -nombre oculto-, a revés, estaba preocupado por ambas. No dijo que tipo de relación tenía con -nombre oculto- y yo no le pregunté nada. No recuerdo haberle preguntado si había denunciado esto oficialmente. Yo no vi motivo para denunciar en ese momento y tampoco después. No vi nada extraño.
Para cumplir este encargo, que fue verbal, se hicieron las siguientes gestiones de contrainteligencia:
Lo primero, levantamiento de cámaras, por personal a mi cargo, tanto de Ají Seco como del Hotel Paramericano. Resultó negativo en el restaurant, pues no había registros. En el hotel se obtuvo cámaras cuando Monsalve salió, tipo 18:00 hrs, luego cuando llegó con la chica y luego cuando se fue en la mañana del lunes 23. No sé qué personal fue a Ají Seco. Al hotel sé que fue Elena (no recuerdo el apellido) y creo el inspector Muñoz, donde se levantó una cámara exterior (que no es del hotel) y otra interior.
Mi personal levantó estas cámaras y yo las vi. Al salir, tipo 18:00 va solo, salió rápido, iba con casaca y jockey oscuros y se sube a un Uber. En la llegada de vuelta, tipo 23:00 y algo, vuelve al hotel en un taxi con una chica, él ayudó a ella a salir porque ella se demoraba, tomándola de la mano y luego entran al hotel, de la mano, él se ve normal y ella va lenta. También vi una grabación de ella saliendo del hotel, creo tipo mediodía del lunes. El sr. Monsalve creo salió después.
La segundo que se hizo fue un registro del celular de él, en el sentido de que el viernes 11 de octubre, me dirigí a la oficina del sr. Monsalve como medida de precaución (…) en la oficina de La Moneda del sr. Monsalve, revisó (y no encontró) si habían aplicaciones o señales en tal sentido. Pero para revisar si se había extraído información nos llevamos el celular a las oficinas nuestras de calle Pedro de Valdivia, comuna de Ñuñoa. La verdad es que no es complejo y se podía haber hecho en la misma Moneda, pero el sr. Monsalve tenía una reunión, así que nos llevamos su celular. El sr. Monsalve entonces sacó el chip y se lo puso a otro teléfono.
La tercera operación se hizo el sábado 12 de octubre, porque el sr. Monsalve manifestó preocupación por -nombre oculto-, ya que no había ido a la oficina debido a una licencia médica, pero tampoco contestaba el teléfono a sus compañeros de trabajo (no habló de llamadas de él). Para esto, le fuimos a dejar un sandwich (simularon un pedido de comida) lo fue a dejar un funcionario de nombre Carlos, se llamó al departamento de ella, naturalmente, ante lo que respondió que no había pedido nada, aunque igual bajaron a buscar el supuesto “pedido” dos varones, me dijeron que uno de ellos parecía su padre. Además, el funcionario habló con el conserje y él le confirmó la presencia de -nombre oculto- en su departamento, con esto supimos que ella estaba en el lugar. De esta diligencia di cuenta al sr. Monsalve.
Deseo aclarar que nuestro personal revisó y levantó cámaras, pero no se manipuló ni menos borró información alguna.
De este modo, y para resumir la operación, doy cuenta que no se entrevistó a persona alguna, salvo la consulta efectuada al conserje del edificio de -nombre oculto-.
No se dejó registro escrito de nada de esto, en ninguna de las tres operaciones, por no hacer falta.
No siempre se deja registro de todo. Además, no se detectó nada sospechoso y mi impresión es que simplemente se trató de dos personas que fueron a comer, bebieron alcohol y luego se fueron al Hotel.
No sé nada del tipo de relación tendrían el Sr. Monsalve y -nombre oculto-.
A -nombre oculto- no se la contactó, más allá de la breve llamada por citófono en la entrega del supuesto pedido.
De todo esto le di cuenta definitiva al Sr. Monsalve el día 14, en su oficina de la Moneda- le reporté que no había nada sospechoso, me dio las gracias y se sorprendió de lo que yo le daba cuenta. Él insistía que no se acordaba de nada luego de hotel. Luego de este encuentro ya no volví a hablar con él.
El día martes 15 me citó a sus oficinas el Director General de la PDI, Sr. Eduardo Cerna, y me pidió le señalara si es que había realizado actividades respecto del Sr. Monsalve, a lo que le di cuenta lo mismo que he ya señalado. No me dijo el motivo de su consulta. Esta reunión fue tipo mediodía.
Yo, hasta el momento, no sabía que había una denuncia contra el Sr. Monsalve. Eso lo supe artes 15 cuando hablé con el Sr. Cerna, como antes indiqué.
El día miércoles 16, cerca del mediodía, le fui a devolver su celular al Sr. Monsalve. Como no estaba, se lo pasé a su Jefe de Gabinete, Gabriel de la Fuente. No se hizo entrega antes porque él no estuvo en el Palacio de La Moneda.
Ante su pregunta, en cuanto al motivo de devolver el celular a quien ya era imputado (Monsalve) y yo sabiéndolo, por un delito sexual y justo cometido el día que él dice “quedar en blanco”, lo cierto es que pensé que Monsalve debía ser quien lo entregara.