La abogada Dorothy Pérez Gutiérrez fue ratificada como Contralora General de la República, en una votación histórica en el Senado. Con 46 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones, Pérez se convierte en la primera mujer en asumir el cargo en los 97 años de existencia de la CGR.
En sus primeras declaraciones, la nueva contralora hizo un llamado a todo el personal de la CGR y a la Administración Pública a redoblar sus esfuerzos y compromiso.
“Estoy convencida que la tradición de la Contraloría General de la República, el empuje y el trabajo que ejerce cada uno de sus funcionarios y funcionarias, sumado a un nuevo impulso modernizador, permitirá que esta institución colabore decisivamente en la prevención y sanción de la corrupción”, afirmó Pérez.
La reciente contralora señaló además que esta nueva etapa implica un desafío no menor para la institución, que se aproxima a su centenario, con un énfasis marcado en la probidad y la autonomía en la función pública. Que Contraloría “mantenga su alto estándar y se reconozca siempre su gran capacidad y total autonomía”, sostuvo.
La carrera de Dorothy Pérez en la Contraloría General de la República es extensa y con desafíos complejos. Inició su trayectoria en 2007 como contralora regional de Valparaíso, donde se desempeñó hasta 2010, antes de trasladarse a Santiago.
Posteriormente, Pérez asumió la subjefatura de la División de Auditoría Administrativa en 2010. Sin embargo, este periodo estuvo marcado por desencuentros con el entonces contralor Ramiro Mendoza, situación que afectó su salud y la llevó a ausentarse por casi nueve meses. Tras este impasse, Pérez continuó su carrera en el Ministerio de Educación.
Su regreso a la Contraloría se concretó en 2016, bajo la dirección del ex contralor Jorge Bermúdez, quien la nombró jefa de gabinete y luego subcontralora.
Contralora subrogante por 10 meses
Durante los últimos diez meses, Pérez ocupó el cargo de subrogante, siendo este el periodo de suplencia más largo registrado en la CGR.
El nombramiento de Dorothy Pérez marca un hito en la historia de la CGR, no solo por ser la primera mujer en liderar el organismo, sino también por el contexto de cambios y desafíos que enfrenta la institución. Su gestión apunta a consolidar un rol fiscalizador riguroso, con miras a fortalecer la transparencia y combatir la corrupción en la administración pública.
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