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La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, criticó la renuncia del exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, acusado de violación, señalando que su aparición en La Moneda fue demasiado oficial. Orellana también cuestionó que Monsalve utilizara un avión institucional para un trámite personal y condenó el comportamiento inapropiado de un jefe que invite a su subalterna a consumir alcohol fuera del horario laboral. Ante las solicitudes de renuncia, la ministra aseguró que no tiene intenciones de dimitir y destacó la importancia de centrarse en propuestas concretas en lugar de peticiones de renuncia.

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La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, se refirió al caso que involucra al exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve -quien está acusado de un delito de violación-, precisamente en lo que respecta al día que presentó su renuncia.

En conversación con CNN Prime, se le preguntó a la secretaria de Estado que ante un gobierno que se define como feminista, qué le parece que Monsalve haya hablado en La Moneda.

“La puesta en escena evidentemente fue más oficial de lo que a mí me habría gustado”, señaló Orellana.

Respecto al punto de prensa de Monsalve, la ministra indicó que “evidentemente alguien que está acusado por un delito más grave va a buscar los espacios que encuentre para hacer sonar su versión”.

Al reiterarle sobre si fue buena idea o no que hablara en La Moneda, Orellana manifestó que “no puedo responder por esa instrucción”, sin embargo, dijo que “evidentemente, no habría preferido La Moneda”.

Respecto a si le parece bien que el entonces subsecretario haya usado un avión institucional para hacer un trámite que era personal, la ministra dijo que “el reglamento del estatuto administrativo es bien claro: no se debe hacer”.

“No es aceptable”

Al consultarle si es aceptable para un gobierno que se define feminista, que un jefe cite a una subalterna -fuera del horario de oficina- a comer y que además la invite a tomar alcohol, Orellana señaló que “no es aceptable. La Ley Karin amplió las situaciones que son consideradas como acoso en el trabajo, también a los espacios de esparcimiento fuera del espacio laboral físico, porque quedaban fuera situaciones que ocurrían en la fiesta de fin de año, en espacios de after office, donde la simetría entre subordinado y jefe no desaparece”.

En cuanto a las solicitudes para que deje el Ministerio de la Mujer, Orellana enfatizó en que ella hace “la autocrítica de que el jueves estaba muy conmocionada, evidentemente se me notó, porque es un golpe muy fuerte, en especial al ímpetu que tratamos de transmitir a todo el gobierno permanentemente”.

En esta línea, la secretaria de Estado remarcó que “no he pensado en renunciar; estas cuestiones no las tomo personal. Me doy cuenta de que acá hay un intento de hacer un punto político; es parte del juego en que están muchos parlamentarios. Pero yo prefiero mucho más a las legisladoras que proponen —independiente de la posición que sea— que hay un nuevo hábito que es estar calificando y solicitando renuncias, pero no les conozco propuestas”.