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El ex canciller Ignacio Walker recordó cómo fue la sorpresiva llegada de Alberto Fujimori a Chile en 2005 y las agitadas horas que se vivieron ante la solicitud de Perú para expulsar al ex presidente peruanoo, fallecido recientemente a los 86 años. Walker destacó la respuesta basada en el Estado de Derecho por parte de Chile, liderada por el presidente Ricardo Lagos, que implicó una orden de detención y un proceso de extradición que se extendió por dos años.

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Ignacio Walker, excanciller durante el Gobierno de Ricardo Lagos, recordó cómo fue el día en que Alberto Fujimori llegó sorpresivamente a Chile en 2005 y las ajetreadas horas que se vivieron ante el pedido de Perú para que nuestro país expulsara al exgobernante.

Recordemos que el miércoles se confirmó el fallecimiento del expresidente de Perú entre 1990 y 2000, quien había enfrentado diversas complicaciones de salud en el último tiempo. A sus 86 años, el ingeniero agrónomo se encontraba “muy delicado”, viviendo en la casa de su hija Keiko en Lima tras recuperar su libertad en diciembre pasado.

“Imposible olvidarse de ese día. Me acuerdo que eran como la una o dos de la tarde cuando ya supimos que había ingresado por el aeropuerto de Pudahuel, en un avión privado, realizando los controles de la Policía de Investigaciones”, señala a BioBioChile Walker, exministro de Exteriores entre 2004 y 2006.

Era un domingo 6 de noviembre de 2005 y sorpresa generaba el aterrizaje en Santiago de un avión privado, proveniente de Japón, con cuatro ocupantes. Si bien en un primer momento se desconocían sus identidades, pronto se confirmaría que uno de ellos era Fujimori. Tras llegar a la capital, se trasladó al Hotel Marriott en donde sus cercanos habían reservado varias habitaciones.

El exgobernante peruano era requerido por la justicia de su país por delitos como asociación ilícita para delinquir, falsedad, homicidio calificado, lesiones graves y desaparición forzada de personas, entre otros. Desde el Gobierno del entonces presidente Alejandro Toledo querían que Chile lo expulsara.

“Entonces convoqué una reunión a las cuatro de la tarde en la Cancillería con Claudio Troncoso, con la gente de nuestro equipo jurídico. Hubo una acción esa tarde muy eficiente ahí, entre Francisco Vidal y Osvaldo Puccio, en que tratábamos de obtener de la Corte Suprema, de los tribunales, una orden de detención”, contó Walker.

“Sorpresivamente a las 20:00 de la noche, nunca se me va a olvidar, recibo un llamado en mi casa del presidente Toledo. Hablamos como una hora por teléfono y me pide que le transmita al presidente Ricardo Lagos si es que el Gobierno de Chile pudiera expulsar administrativamente a Fujimori, que había ingresado en estas condiciones a Chile”, mencionó el exministro.

“Yo lo conocía bastante a él, habíamos estado muchas veces juntos, entonces le dije: Por supuesto que le voy a transmitir al Presidente Lagos su requerimiento, pero creo poder anticiparle que en Chile lo que funciona es el estado de derecho y por lo tanto nosotros no podemos administrativamente expulsar a una persona, por importante que sea”, recordó.

“Y fue lo que ocurrió. Al día siguiente operó esta orden de detención y vino la extradición pero transcurrió un buen tiempo hasta que el presidente Fujimori volvió al Perú. Pero ese fue un domingo muy intenso en lo que a mí respecta, como Canciller del Presidente Lagos”, contó.

En efecto, se abrió un largo camino, que se extendió por dos años, para que finalmente se concretara la extradición de Fujimori a Perú, tal como habían solicitado las autoridades peruanas.

“La llamada con el Presidente Lagos se dio muy fácil porque usted conoce su doctrina: dejar que las instituciones funcionen. Y él me dijo exactamente eso: aquí hay un estado de derecho, hay una extradición activa y una extradición pasiva”, mencionó Walker.

“Por lo tanto, si el Perú quiere a Fujimori, tiene que presentar la extradición y luego resolverán los tribunales. Y se echó a andar entonces la maquinaria institucional del Estado de Chile, de su estado de derecho. Así es como funciona nuestro país y así funcionó el Presidente Lagos siempre”, remarcó.

No obstante, el excanciller insistió en que la llegada del expresidente peruano a Chile fue totalmente sorpresiva, no sólo para Chile sino que también “para todo el mundo”.

“Ahora, lo que hasta el día de hoy no entiendo es cómo el presidente Fujimori tomó esta decisión de llegar a Chile. ¿Pensó que aquí lo íbamos a acoger, que le íbamos a dar refugio, que desde Chile iba a organizar la oposición en Perú? Pero de que fue sorpresivo… fue absolutamente sorpresivo”, cerró.