VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

El doctor Cristóbal Briceño de la Universidad de Chile detalló sobre la peligrosa bacteria encontrada en cotorras argentinas, que puede ser letal para los humanos. Estas aves, popularizadas en los 80 como mascotas en Chile, se han convertido en una especie invasora en la región Metropolitana. La bacteria se transmite por contacto directo a través de heces y secreciones de las cotorras, poniendo en riesgo a quienes tienen estas aves como mascotas. Aunque no se han registrado casos letales en Chile, en Brasil una familia se enfermó gravemente por una cotorra infectada. El especialista recomienda evitar tener cotorras como mascotas, vigilar la salud de las poblaciones y mantener distancia de estas aves para evitar riesgos de contaminación y competencia ecológica.

Desarrollado por BioBioChile

El doctor Cristóbal Briceño, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, entregó mayores detalles sobre la peligrosa bacteria hallada en las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus), y que produce un cuadro letal en humanos.

Esta ave, en los 80’s, se popularizó en Chile como mascota y terminó convirtiéndose en una especie invasora, especialmente en la región Metropolitana.

En conversación con BioBioChile, el médico se refirió a cómo se puede transmitir la bacteria a humanos, señalando que “esta bacteria se transmite por contacto directo, a través de las heces o las secreciones de las cotorras. Por tanto, las personas que están en riesgo son las que tienen cotorras como mascotas, más que una cotorra en un parque o estar cerca de una”.

“No obstante, hemos encontrado algunos patógenos que sí pueden ser eliminados por las heces, como Cryptosporidium meleagridis, que es un parásito unicelular, que puede producir cuadros de diarrea. Y ese parásito puede estar hasta seis meses en el ambiente“, explicó el doctor Briceño.

En este sentido, es importante tener precaución, recalcó el académico.

Respecto a si se han registrado casos en Chile de alguna infección por las cotorras argentinas o algún caso letal, el médico dijo que hasta ahora no, aunque “es difícil establecer la causalidad, por ejemplo, un cuadro en persona, porque habría que pillar a la cotorra con el patógeno y después pillarlo a la persona”.

Sin embargo, comentó que en Brasil se informó de un caso donde “una familia se enfermó por una cotorra, que habían comprado una cotorra argentina en el comercial ilegal, que tenía Chlamydophila psittaci, esta bacteria”.

“Y donde seis de ocho miembros de la familia terminaron hospitalizados, conectados a un ventilador mecánico por una neumonía grave, que es una de las consecuencias que puede producir esta bacteria”, señaló Briceño.

Detectan bacteria en cotorras que invadieron Santiago

Para saber si me contagié de alguna enfermedad de las cotorras, lo primero, según el médico especialista, “es identificar las conductas de riesgo… Si he estado en contacto con cotorras”.

“Por una parte, por ejemplo, si he tomado alguna cotorra que pueda haber caído en un parque, ya que se aproxima la época reproductiva, donde a veces se caen pichones… y esos pueden portar patógenos que pueden afectar la salud de las personas”, indicó Briceño.

De igual forma, recalcó, que si “yo tengo una mascota de cotorra, a lo mejor podría ser una conducta de riesgo en la medida que yo la tenga muy cerca, que le dé besitos”.

Una cotorra de mascota

Teniendo todos estos antecedentes en mano, el doctor recomienda “no tener una cotorra de mascota y menos recuperarlas o tomarlas del ambiente”.

Sin embargo, si ya tengo una cotorra, la precaución es “hacerle todos los chequeos sanitarios, es decir, sus controles veterinarios, su seguimiento en cuanto a su estado de salud…”.

Recomendaciones para convivir con esta especie invasora

Para el doctor Briceño, hay que tratar de “no interactuar con esta especie introducida, que es externa a nuestro ecosistema, que genera impacto”.

“Lo ideal es mantenerse alejado de ellas”, precisó.

Afirmando que “la cotorra está ampliamente distribuida, no solamente en Santiago, sino también en otras ciudades”.

Para “convivir con ellas”, deberíamos tratar de “mitigar los impactos derivados de su presencia, por ejemplo, el impacto que pueden tener a otras especies de aves, impacto ecológico. También la competencia que puede producir con otras especies, a través del desplazamiento, de la competencia por alimento”.

Sumado a lo anterior, el académico propone “vigilar el estado de salud de estas poblaciones, porque influyen sobre la salud urbana, no solo de las personas, sino también de animales, en el sentido de que las cotorras son muy abundantes, vuelan sobre nuestras cabezas, pueden estar ensuciando el entorno”.