El diputado Johannes Kaiser y Romy Vargas, madre del conscripto Franco Vargas, protagonizaron un tenso momento en la comisión que investiga la fatídica marcha en Putre.
Para la sesión de este lunes estaban citados la ministra de Defensa, Maya Fernández; el comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga; el jefe del Estado Mayor General del Ejército, Rodrigo Pino; y el director del Hospital Militar, Francisco Silva.
Kaiser pidió la palabra para preguntar a los invitados cómo han cambiado las condiciones físicas de los jóvenes que ingresan al servicio militar.
“Ha cambiado el estado físico de los conscriptos que están llegando hoy en día a las Fuerzas Armadas en razón de una serie de situaciones que se dan en la vida civil”, señaló.
En ese sentido, indicó que hay “mayor sedentarismo y consumo de drogas, que está muy generalizado en nuestra juventud”.
“Sabemos de otros países y de otros ejércitos que tenemos un número no menor de personas lesionadas, jóvenes lesionados, al miocardio en razón de las vacunas covid”, agregó.
Al mencionar el consumo de drogas, la diputada Claudia Mix (Comunes) y la madre del fallecido conscripto Franco Vargas, quien también se encontraba presente en la comisión, se pararon de sus asientos y encararon al diputado Kaiser.
“¿Qué tienen que ocultar ustedes? Ustedes van a iniciar una operación política en contra del Ejército y ahora lo que están haciendo…”, respondió el parlamentario, quien no pudo continuar su frase tras ser llamado al orden por Luis Malla (PL), presidente de la instancia.
Tras retirarse de la sala, Romy Vargas expresó que “aquí no se va a permitir que se insinúe que mi hijo consumía drogas, porque eso es totalmente falso”.
“No voy a permitir que la gente que quiere proteger a los militares en este caso tan grave de horrores, de maltratos y de abuso, vengan a decir aquí que ahora la culpa es de los chicos”, agregó.
Asimismo, explicó que el presunto consumo de drogas por parte de Franco “es un rumor que salió del regimiento, porque están desesperados los militares inventando que los chicos tienen una app o salen a comprar drogas. Quieren salvarse, no quieren asumir su responsabilidad”.