Tras la última polémica del embajador chileno en España, Javier Velasco, reflotó un antiguo proyecto de la UDI para poder acusar constitucionalmente a este tipo de autoridades.
La semana pasada, el militante de Convergencia Social asistió a un foro empresarial organizado por la consultora MSH Global, en donde invitó a las compañías de defensa a proveer armamento a nuestro país. Esto, ante el posible vacío que dejaría el debilitamiento de las relaciones con Israel producto de la guerra en Gaza.
“Ha sido durísimo para nosotros tener que solicitarle a un país que se abstenga de asistir a una feria donde tantas relaciones se tejen”, aseguró Velasco sobre la decisión de marginar a Israel de la Fidae 2024. En ese sentido, señaló que esto “también es una oportunidad para otros socios”.
Desde Europa, fue el propio presidente Boric quien dijo que se le había hecho “la necesaria llamada al orden”. Asimismo, el canciller Van Klaveren detalló que pidió un informe detallado al embajador para “dar cuenta lo que exactamente dijo y el contexto en el cual lo dijo”.
Esta es una más de las polémicas que ha protagonizado Javier Velasco, militante de Convergencia Social. En el pasado, tuvo controvertidos dichos sobre los gobiernos de los últimos 30 años, divulgó una fotografía con los pies descalzos de su pareja sobre él al interior de un vehículo fiscal y se ausentó de una tradicional ceremonia ofrecida por el Rey Felipe VI.
Proyecto para agregar AC contra embajadores
Ante la negativa del Gobierno de remover al embajador, y la imposibilidad de acusar constitucionalmente a alguien que ejerce su cargo, la UDI reflotó un proyecto que presentaron en 2022 para poder modificar la Carta Magna.
Hasta ahora, de acuerdo al artículo 52 de la Constitución, se puede acusar a las siguientes autoridades:
a) Presidente de la República.
b) Ministros de Estado.
c) Magistrados de los tribunales superiores de justicia y Contralor General de la República.
d) Generales o almirantes de las instituciones pertenecientes a las Fuerzas de la Defensa Nacional.
e) Delegados presidenciales regionales y provinciales.
La iniciativa de la UDI, que duerme hace cerca de dos años en el Congreso, busca agregar a los embajadores a esta lista. El diputado Felipe Donoso, uno de los precursores del proyecto, señaló que “los embajadores de Chile deben proteger los intereses permanentes del Estado y no dar opiniones políticas según sus parecer, mucho menos si no se consulta a la Cancillería”.
El también gremialista Cristian Labbé, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, complementó esta idea afirmando que “las distintas polémicas que ha protagonizado el representante de Chile en España son absolutamente graves, pero creemos que debe ser él quien se haga responsable por su forma de actuar y no el ministro de Relaciones Exteriores”.
Quien también se mostró de acuerdo con la reforma fue el diputado Félix González, del Partido Ecologista Verde, quien indicó que “los embajadores no representan al gobierno de turno, sino que al Estado de Chile”. Por ende, sostuvo que un buen “contrapeso” entre el Ejecutivo y el Legislativo sería que “se pudieran presentar acusaciones constitucionales cuando se cometan cuestiones graves”.
Republicanos prefiere mantener norma actual
Sin embargo, no todos están alineados con este proyecto. El jefe de la bancada republicana, Stephan Schubert, explicó a BioBioChile que “nos parece que quien debe ser acusable es como está hoy día, es decir, el canciller”. Sin embargo, dejó en claro que no están buscando acusar constitucionalmente al ministro Van Klaveren por este caso en particular.
“Ahora, hay que darle una vuelta al proyecto. A nosotros nos parece bien que sea el ministro el que responda más que los embajadores, porque es el ministro quien está a cargo de la cartera. Sin embargo, si la UDI tiene un buen argumento, podríamos estudiarlo”, agregó.
Finalmente, cree que el canciller “es un hombre muy experimentado y tiene mucha preparación para el cargo, pero es el Presidente quien no escucha a los expertos y a sus asesores en materia internacional. Hace primar muchas veces su propio ímpetu por sobre la diplomacia y las relaciones exteriores”.