El Juzgado de Garantía de Arica declaró admisible la querella presentada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) por tratos crueles a conscriptos en Putre, en la región de Arica y Parinacota. Esta acción legal se enmarca en el contexto de la muerte del soldado Franco Vargas.
El INDH expuso que el tribunal de Arica acogió la querella y que fijó un día para resolver la competencia civil en el caso. La querella fue presentada por el delito de apremios ilegítimos e individualizó a cinco jóvenes que fueron víctimas por parte de los militares que estaban a su cargo.
En su querella, el INDH solicitó que el caso sea visto por la justicia civil y pidió que se realice una audiencia para resolver esta competencia. Recordó que la Corte Interamericana ha sentenciado a Chile para limitar la justicia militar.
En esa línea, la jueza Paulina Zúñiga programó para el 30 de mayo una audiencia para resolver la competencia de los tribunales civiles en este caso.
Cabe destacar que los jóvenes realizaban su servicio militar en la Brigada Motorizada N°24 “Huamachuco” de Putre.
El INDH expuso en el libelo que diversos medios de comunicación informaron que el Ejército presentó los antecedentes del caso de Putre ante la justicia militar. Pero de acuerdo al razonamiento del INDH, los hechos corresponden a apremios ilegítimos. Este delito se encuentra en el Código Penal. Es decir, sostiene el Instituto, se trata de un delito ajeno y que no afecta fines o bienes jurídicos estrictamente militares.
Querella contra quienes resulten responsables
La querella del INDH se presentó contra quienes resulten responsables de los tratos crueles de los que fue víctima un grupo de conscriptos en el marco de una jornada de instrucción que comenzó el 21 de abril en la zona de Pacollo. Esta área forma parte de la comuna de Putre y se encuentra a 4 mil 600 metros sobre el nivel del mar. Fue en este contexto que falleció Franco Vargas (19) y varios otros tuvieron que internarse en hospitales de Arica y Santiago.
Según la querella, del contingente de 250 conscriptos que estaban en Pacollo, a un grupo de 45 de ellos los sometieron a golpes de pies y puños por parte de sus superiores, en cualquier contexto y momento. El trato cruel incluyó dejarlos dormir sólo una hora, insultos, tener que alimentarse con las manos o dejarlos sin acceso a medidas de higiene.