El Gobierno de Chile celebró este lunes la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), aprobada por 14 votos a favor y una abstención, que pide “un alto al fuego inmediato” entre Israel y Hamás, así como la liberación “inmediata e incondicional” de todos los rehenes del conflicto en Gaza.
“El Gobierno de Chile aprecia, particularmente, que la resolución solicite un alto al fuego inmediato durante el mes de Ramadán, que sea respetado por todas las partes y conduzca a un alto al fuego duradero y sostenible”, señaló la Cancillería a través de un comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores también valoró que el texto incluya “la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria y reforzar la protección de los civiles en toda la Franja de Gaza”.
La resolución, que fue aprobada tras cuatro intentos fallidos previos, fue presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo, entre los que hay países africanos, asiáticos, europeos y latinoamericanos, lo que da una idea de la percepción mundial de urgencia de la guerra de Gaza.
En las cuatro ocasiones anteriores, Estados Unidos -aliado incondicional de Israel- vetó tres resoluciones porque, según el Gobierno estadounidense, un alto el fuego permitiría el rearme de Hamás, mientras que el pasado viernes fueron Rusia y China las que vetaron la resolución de EEUU con el argumento de que no contenía un vocabulario claro y contundente para exigir un alto el fuego.
El presidente, Gabriel Boric, criticó duramente los vetos anteriores y en varias de sus intervenciones públicas ha llamado a impulsar “reformas estructurales” a la ONU para evitar los vetos de un solo estado miembro del Consejo.
En su nota, el Ejecutivo chileno insistió en “la necesidad de avanzar en la solución de dos Estados” y en que Palestina e Israel “puedan vivir en paz dentro de fronteras seguras internacionalmente reconocidas”, de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
Con cerca de 500.000 personas, Chile es un gran refugio de la comunidad palestina fuera del mundo árabe, una migración que se inició a finales del siglo XIX, cuando centenares de palestinos escaparon primero de la dominación otomana, y que se incrementó en el siglo XX con la ocupación israelí.
El país sudamericano reconoció a Palestina como un Estado “libre, independiente y soberano” en 2011, durante el primer Gobierno del conservador Sebastián Piñera.
Las peticiones a Israel de un alto el fuego en Gaza habían caído hasta ahora en saco roto, pese a que cada vez más países se sumaron a estos llamados, incluidas naciones europeas como Francia, Alemania o Reino Unido, que al principio de la guerra estaban más cercanas a Israel y otras aliadas que también han ido evolucionando como Canadá o Japón, quedando Estados Unidos como el último aliado inquebrantable del Estado de Israel.
La guerra que comenzó hace casi seis meses ha causado más de 32.000 muertos, ha dejado a más de un millón de personas (casi la mitad de los gazatíes) en estado de “inseguridad alimentaria extrema” y ha dejado en el territorio palestino un nivel de destrucción que algunos han comparado al de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.