El Ejecutivo contaría con los votos mínimos necesarios para aprobar la idea de legislar; sin embargo, no estarían los apoyos para respaldar la fórmula que propone el Gobierno.
La tarde de este miércoles se vota, en general y en particular en la Sala de la Cámara de Diputadas y Diputados, la reforma al sistema de pensiones.
Todo el oficialismo, sumando al Partido de la Gente, Amarillos, y diputados independientes como Mónica Arce y René Alinco, acumulan los 84 votos que necesita el Gobierno para hacer avanzar al Senado la iniciativa.
De hecho, tras las últimas negociaciones, Demócratas va a aprobar en bloque la idea de legislar, tras suscribir un protocolo de entendimiento con la ministra Jeannette Jara.
Recordemos que esta última colectividad hace solo unos días había firmado un documento anunciando su apoyo a la idea de legislar, pero luego retrocedió en su postura y pasó a condicionar su apoyo hasta último minuto.
¿La razón? La bancada independientes-PPD abrió las negociaciones de un tema que el gobierno había señalado que estaba fuera de los límites: El recálculo de las tablas de mortalidad y la creación de un seguro de longevidad.
Solo que no es tan así. Es una tercera modalidad de pensión que acortará la tabla de mortalidad solo para quienes la elijan, y creará un seguro que se financiará colectivamente entre quienes formen parte de esta modalidad.
Tras una reunión de Demócratas con los ministros de gobierno de casi dos horas, la propia ministra Jeanette Jara precisó que esta idea no es la misma de la colectividad que lidera la senadora Ximena Rincón.
Efectivamente, la idea del partido opositor era hacer un recálculo universal de la tabla de mortalidad de 110 a 85 años de edad y la creación de un seguro de longevidad que financie la sobrevida, también de manera universal.
Los parlamentarios salieron de la reunión diciendo que el Gobierno aclaró que lo que está sobre la mesa no es un seguro de longevidad como tal, iniciando una discusión semántica: Como no es para todos, no es la misma propuesta.
En el oficialismo, lamentan en privado la necesaria apertura del gobierno que ha tendido a desdibujar el proyecto, con el fin de contentar a las llamadas ‘fuerzas no alineadas’.
Andrés Giordano, diputado independiente de RD, dijo que no se explica por qué aún está en condicionamiento el voto de parlamentarios que firmaron un documento.
Finalmente, a las seis de la tarde y sin prensa, la bancada de independientes-PPD firmó un protocolo de acuerdo con la ministra Jara, titulado ‘Un acuerdo por la cuarta edad: Nueva modalidad de pensión de retiro programado’.
En el último párrafo dice que el “Ejecutivo se compromete a trabajar todos los aspectos financieros y técnicos a fin de poder incluir esta nueva modalidad, para quienes así lo elijan, e incluirla como indicación durante la tramitación de la reforma”.
Marta González, jefa de bancada, valoró el anuncio.
En la oposición no hay casi ninguna incógnita. Quizá una de las pocas, es el voto del RN, Eduardo Durán.
El parlamentario, de credo evangélico, participó de una reunión del Consejo de Obispos con la ministra Jara y dijo que al enterarse de que los líderes eclesiásticos le prestaron apoyo a la reforma, salió del encuentro.
Durán dice que está a favor de la reforma y de que tenga solidaridad, pero asegura que por lo mala que es, está inclinado a abstenerse.
La matemática ya parece sobre la mesa. Andrés Jouannet, Mónica Arce y René Alinco son algunos de los votos de desempate. No puede faltar nadie, no se puede enfermar nadie.
El asunto es que pasando la valla de la votación en general, la propuesta del 3 y 3 no tiene los votos y sin ese apoyo, el Gobierno ya parte muy debilitado en su poder negociación en el trámite del Senado y ya se especula que tendrán que llegar al 4-2, que favorecerá la capitalización individual.