Daniel Andrade, expareja de la diputada de Revolución Democrática, Catalina Pérez Salinas, dio a conocer una declaración pública a través de su cuenta de Instagram en la que revela detalles de su vida al interior del penal.
El ingeniero civil mecánico de la Universidad de Chile se encuentra actualmente en prisión preventiva, tras ser formalizado por fraude al fisco en el denominado caso cero del escándalo por convenios entre fundaciones (Democracia Viva) y organismos estatales.
En 414 palabras el que fuera representante legal de Democracia Viva, fundación cuestionada por millonarios convenios alcanzados con la Seremi de Vivienda y Urbanismo de Antofagasta para apoyo en campamentos, resumió cómo ha pasado el tiempo tras las rejas.
Asimismo, en la misiva manifiesta que su actual paradero es fruto de la presión política.
“Quiero agradecerles sus cartas, sus muestras de cariño, su preocupación, sus rabias frente a esta injusticia. Sus palabras son un bálsamo en esta prisión política, son mi mayor luz y esperanza entre estas celdas y murallas”, señala al comienzo.
En el párrafo siguiente, asegura que fue “bien recibido por el resto de los reos del módulo” y que no está “pasando frío” ni tampoco tiene problemas con la comida.
Más adelante, Andrade reveló qué hace para pasar el tiempo.
“Aquí las cosas sencillas son valiosas, tenemos un gimnasio artesanal construido con botellas, con lo que puedo hacer rutinas para recuperar mi rodilla y mantener el cuerpo sano y mi mente lúcida. También ya pudimos ingresar algunos libros, así que estoy leyendo”, declara.
Además, el prisionero detalla que está haciéndole clases de inglés a sus compañeros.
“A los días de mi ingreso levanté un taller de inglés para el resto de los reos que ya venían con el bichito de aprovechar el tiempo en la cana. Estamos viendo cómo levantar una nivelación de estudio de lenguaje y matemáticas, estamos solicitando el ingreso de una pizarra y plumones”, afirma.
Hacia en final, Andrade aprovechó la oportunidad para marcar su postura frente al proceso judicial que se está llevando en su contra.
“Esta injusticia no quedará acá. La impotencia, la rabia, la traición, serán movilizadoras. Me han quitado muchas cosas, pero mi voluntad de lucha sigue viva, ese fuego que siempre me ha movilizado aún sigue prendido y se alimenta de sus cariños, de sus cartas, de mi propia historia y de las injusticias que ocurren a mi alrededor y que hoy me tocó vivir a mi”, detalla.
“Soy dueño de mis silencios y preso de mis palabras, hasta ahora he elegido el silencio, esperando que “las instituciones funcionen”, pero con tanta presión política creo que hay que salir a defenderse”, acota.
Lea la carta completa aquí:
Querida familia, amigos/as, compañeros/as,
Les escribo en circunstancias que jamás pensé vivir en la vida, desde la cárcel de Antofagasta, en el módulo 90, en la celda 10.
Primero, quiero agradecerles sus cartas, sus muestras de cariño, su preocupación, sus rabias frente a esta injusticia. Sus palabras son un bálsamo en esta prisión política, son mi mayor luz y esperanza entre estas celdas y murallas.
Segundo, quiero que sepan que dentro de todo estoy bien. Fui bien recibido por el resto de los reos del módulo. No estoy pasando frio y no me quejo del rancho y la comida.
Aquí las cosas sencillas son valiosas, tenemos un gimnasio artesanal construido con botellas, con lo que puedo hacer rutinas para recuperar mi rodilla y mantener el cuerpo sano y mi mente lúcida. También ya pudimos ingresar algunos libros, así que estoy leyendo.
A los días de mi ingreso levanté un taller de inglés para el resto de los reos que ya venían con el bichito de aprovechar el tiempo en la cana. Estamos viendo cómo levantar una nivelación de estudio de lenguaje y matemáticas, estamos solicitando el ingreso de una pizarra y plumones.
En un lugar hostil como la cana, donde la frustración y la desesperación son el pan de cada día, poder hacer estos talleres me llena el alma.
Los que me conocen saben que mi vocación pedagógica me desborda en muchas esferas de mi vida y al parecer en esta no será diferente.
Tercero, esta injusticia no quedará acá. La impotencia, la rabia, la traición, serán movilizadoras.
Me han quitado muchas cosas, pero mi voluntad de lucha sigue viva, ese fuego que siempre me ha movilizado aún sigue prendido y se alimenta de sus cariños, de sus cartas, de mi propia historia y de las injusticias que ocurren a mi alrededor y que hoy me tocó vivir a mi.
Tampoco me han hecho perder la cabeza y la capacidad de hablar.
Soy dueño de mis silencios y preso de mis palabras, hasta ahora he elegido el silencio, esperando que “las instituciones funcionen”, pero con tanta presión política creo que hay que salir a defenderse.
Cuarto, les mando un abrazo grande y les deseo un feliz año nuevo, siempre hay cosas que celebrar, como saben soy un porfiado optimista.
Se despide con cariño,
Daniel Andrade.