El Presidente de la República, Gabriel Boric, se refirió a su reunión con Javier Milei, luego que este último asumiera este domingo como presidente de Argentina.
Al respecto, Boric señaló que “se lo dije al presidente Milei; trabajaremos, espero juntos, sin vacilar, en pos del bienestar de nuestra gente, especialmente el ámbito de desarrollo de infraestructura y conectividad fronteriza”.
“Más allá de las conocidas y públicas diferencias que pueda tener con el presidente Milei, deseo -por el bien del pueblo argentino- que tenga una buena gestión y que sea lo mejor para su patria”, afirmó Gabriel Boric.
A su vez, la máxima autoridad nacional expresó que “tal como lo comentamos con el presidente de Argentina: nosotros pasamos, nuestros pueblos quedan”.
“Vinimos a reafirmar una histórica y estrecha relación entre nuestro país y Argentina”, expuso.
Asimismo, agregó que “la hermandad de nuestros pueblos no está en duda, ni puede estar en duda”.
Además, el jefe de Estado aprovechó la ocasión para “hacer público mi agradecimiento al expresidente Alberto Fernández por su disposición a trabajar juntos, desde antes incluso que yo asumiera como presidente”.
El discurso de Milei previo a reunión con Boric
El presidente de Argentina, Javier Milei, hizo este domingo su primera declaración como jefe de Estado.
“Hoy comienza una nueva era en la Argentina, hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive, y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país”, fueron sus primeras palabras.
En su discurso, a la salida del Congreso, Milei afirmó que “los argentinos, de manera contundente, han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno. No hay vuelta atrás”.
“Hoy enterramos décadas de fracaso, peleas intestinas y disputas sin sentido. Peleas que lo único que han logrado es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina”, agregó.
El mandatario trasandino aseguró que “hoy comienza una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo. Una era de libertad y progreso”.
Finalmente, al término de su alocución gritó tres veces su clásica consigna: “¡Viva la libertad, carajo!”.