El peligro es la nada. Han pasado dos años, la tramitación en ambas cámaras y un arduo y debatido veto presidencial y a solo horas de que termine por completo la tramitación de la Ley de Usurpaciones, existe la posibilidad de que no exista ley que aplicar.
La Comisión de Seguridad de la Cámara Baja despachó a Sala el veto, aprobando 11 de las 14 observaciones: Rechazaron los vetos supresivos que eliminaban la flagrancia permanente, la pena de cárcel para las tomas sin violencia y la llamada ‘legítima defensa privilegiada’.
Chantaje, encerrona, jaque mate, cogoteo. Así describieron los parlamentarios de oposición durante una debatida y agitada sesión, el uso de la facultad del veto presidencial, a menudo generando la risa de la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Dijeron que el veto es letra muerta. Que eliminar la flagrancia permanente debilita en vez de fortalecer la acción policial, que en la realidad los jueces optarán siempre por la multa y que el estándar probatorio es muy alto para que alguien vaya a la cárcel.
En muchas de esas veces la ministra del interior, Carolina Tohá, soltaba una risa -para persistente molestia del diputado de RN, Diego Schalper- y la secretaria de Estado se tomó el tiempo de explicar lo que le daba risa.
Tu navegador no soporta audio en HTML5
Para gran parte de la oposición no hay vuelta atrás. Que diputados como Gloria Naveillán o Andrés Jouannet, dijeran que aprobar el veto era mejor a quedarse sin ley, no movió la aguja.
La bancada de Renovación Nacional ya decidió entera votar en contra: Dicen en privado, que un escenario en donde la ley queda sin aplicación es mejor, porque así se mantiene la necesidad de legislar rápido un nuevo proyecto.
La UDI está casi completamente alineada en contra y Republicanos estaba inclinándose por el mismo camino hasta la noche del martes.
Se espera que este miércoles el diputado RN, Andrés Longton, y el diputado UDI, Henry Leal, presenten un proyecto nuevo de usurpaciones focalizado en todo lo que quedó fuera con el veto, quizás con la excepción de la legítima defensa privilegiada.
Andrés Longton, presidente de la Comisión de Seguridad, ratificó la decisión tomada.
Tu navegador no soporta audio en HTML5
Este panorama pone presión para que el Gobierno busque votos donde nunca los tuvo. Hoy, la bancada del Partido Comunista y la de Revolución Democrática son las más endurecidas en oponerse por lo menos, a la observación 3 y la 5, pero aún todo puede pasar.
Desde otras fuerzas, como Convergencia Social, el Partido Socialista y los independiente PPD, les han hecho el punto de que lo que hizo el gobierno era ‘lo mejor que se podía hacer’, pero que haya opción de cárcel para las tomas sin violencia es una línea roja casi imposible de cruzar.
Maite Orsini, diputada de RD de la comisión de seguridad, dijo que son leales al gobierno y a su programa, pero lo dijo para recordar que la ley de usurpaciones no está en el programa.
También apuntó que no sería entendible que ahora cambien de opinión, después de oponerse a la cárcel en esta ley, durante años.
Tu navegador no soporta audio en HTML5
La noche del martes había de todo tipo de pronósticos. Estaban los resignados que decían que el Congreso Nacional se expone al ‘bochorno’ de dejar un proyecto con letra muerta.
Otros, más optimistas, aseguraban hasta bien tarde que la oposición va a recular a último minuto, que no se van a atrever a derribar una norma que han hecho casi su principal caballo de batalla.
Raúl Leiva, diputado socialista de la comisión, advirtió que la amenaza de despachar una ley con vacíos, incongruencias o problemas de aplicación es el peor de los mundos y dijo esperar ‘madurez política’ para entender que este proyecto así como está, debe ser realidad.
Tu navegador no soporta audio en HTML5
En paralelo han ocurrido todo tipo de reuniones. Asesores del Ministerio del Interior y la Segpres, buscaron diálogo con el Partido Comunista y el Frente Amplio.
Mientras se votaba el veto, Orsini no apareció por más de una hora y la diputada Placencia, comunista que pensaba votar al menos un par de vetos en contra, fue reemplazada por el diputado de Convergencia Social, Gonzalo Winter, que votó todo a favor.
Al filo de la navaja llegamos al día final de trámite: El juego de oposición es ‘crear la necesidad’ para que -después de todo- un nuevo proyecto de usurpaciones sea posible.