El bombardeo que mató al menos a 195 personas, y dejó a más de 777 heridos, en un campo de refugiados de Yabalia, al norte de Gaza, fue la gota que rebalsó el vaso e incrementó la distancia entre el Gobierno e Israel.
La ofensiva israelí, que fue calificada como “inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario”, fue condenada enérgicamente por el Presidente Gabriel Boric a través de su cuenta de X.
“Chile observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza– no respetan normas fundamentales”, escribió.
El mandatario llamó en consultas al embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal. Misma decisión que adoptó Gustavo Petro en Colombia, pero no al nivel de Bolivia que, recordemos, rompió relaciones con el país de Medio Oriente.
Llamado a embajador de Chile en Israel: ¿Qué es y qué implica la decisión del Gobierno?
Se debe precisar que para nadie es sorpresa la controversia que existe en la esfera política, respecto a este conflicto que hoy es una guerra que no discrimina género ni edad.
Mientras algunos parlamentarios de oposición, como el senador Iván Moreira (UDI), respaldan la decisión del Ejecutivo, otros desde el oficialismo -como el diputado Raúl Soto (PPD)– cuestionan la determinación del Presidente.
En concreto, el llamado en consultas al embajador chileno en Israel responde a una forma de manifestar diplomáticamente un desacuerdo relevante con aquel Estado. Así, en este caso, se espera que Jorge Carvajal llegue a territorio nacional.
Para el académico de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, la medida es una manifestación de principios en política internacional y que, al mismo tiempo, intenta no provocar una desavenencia inmediata.
“Se intenta más bien un continuo donde matizan su posición manifestando fuertemente el desacuerdo con lo que está ocurriendo en Gaza (…) sin inmediatamente escalar a la ruptura de relaciones”, dijo.
Movimiento en bloque desde la izquierda latinoamericana
El analista internacional Guido Larson, docente de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, calificó la decisión como “una acción predecible” y que se enmarca en una oscilación clara de la opinión mundial.
“Es también el resultado de la particular sensibilidad que la coalición gobernante pone sobre el conflicto palestino-israellí (…) el escenario era proclive a tensionar la relación diplomática, dado la inestabilidad que la relación bilateral ha tenido desde el día 1″, explicó.
Por su parte, el profesor de la Universidad Andrés Bello, Marcelo Pérez, indicó que lo anunciado por el Presidente Boric “es ser consecuente” con una posición que planteó desde que llegó a La Moneda.
“El real efecto se va a ver una vez que el enfrentamiento mismo haya cesado (…) hoy el Estado de Israel no está interesado en empezar a pasar cuentas políticas con países que no son del todo relevantes”, dijo.
Agregando que “hay que pensar que esto se da en un contexto donde Bolivia y Colombia han seguido pasos similares a los de Chile, por lo tanto esto es un movimiento en bloque desde la izquierda latinoamericana”.
“Cuando baje la temperatura del conflicto, va a tener que haber una evaluación de cuáles serían los daños colaterales de alejarse de Israel (…) cuál sería la reacción, por ejemplo, de Estados Unidos”, agregó.
Ecuanimidad para evitar instalar el conflicto en el país
Consultado por las voces que sugieren mantenerse al margen del conflicto, Marcelo Pérez respondió que “no es de sorprender el estilo moderado que sigue la mayoría de los partidos políticos chilenos, más allá que sean de extremo”.
“El tema de Israel y su relación con los Estados Unidos, también su relación con la Unión Europea, hace que cualquier toma de posición pueda desestabilizar las relaciones con estas dos potencias económicas”, explicó.
A continuación dijo que también se debe pensar en la alta influencia que tiene tanto la comunidad israelita, como la comunidad palestina y árabe en general dentro del mundo empresarial en Chile.
Finalmente, según el análisis de Gilberto Aranda, preservar la ecuanimidad y distancia con la decisión del Gobierno es un asunto que tiene coordenadas locales o domésticas.
“Hay una muy importante comunidad palestina en términos numéricos y de influencia y una, tal vez, más reducida comunidad judía, pero también muy influyente”, aseguró.
Considerando el escenario de dos comunidades con intereses, dijo el analista internacional, se entienden los llamados a preservar la ecuanimidad en un contexto en que podría importarse ese conflicto al ámbito de lo doméstico.
“El Gobierno hizo una puesta en escena de lo que es una política internacional donde los principios cuentan, sin renunciar completamente al realismo político (…) ciertamente es una decisión que fue meditada”, concluyó el experto.