El domingo 7 de mayo todo era felicidad en Republicanos, tras el aplastante triunfo en la elección de consejeros constituyentes que les iba a permitir tener prácticamente el control absoluto del proceso y que han hecho valer durante estos últimos meses. Sin embargo, bastó una sola frase de Evelyn Matthei para “bajarle la música” a su fiesta y disparar a la línea de flotación de un desgastado José Antonio Kast.
Recordemos que la alcaldesa de Providencia fue tajante al asegurar que el trabajo del Consejo Constitucional “va derechito al fracaso y la única forma de cerrar este tema es tener un texto final lo más parecido posible al texto de los expertos”.
“Más parece un programa de gobierno de una mayoría circunstancial que una Constitución. Si las cosas siguen así, naturalmente no voy a poner mi capital político para la aprobación de esta nueva Constitución que se discute, que en realidad no es una Constitución”, fustigó.
Sus dichos movieron la aguja a nivel político, no solo en la derecha, sino que incluso en la oposición, que aprovecharon la oportunidad para golpear a los Republicanos, en especial a su líder, José Antonio Kast.
De hecho, este último ha sido casi exclusivamente el único en salir a colocar el “pecho a las balas”, ya que al menos desde el Congreso, el resto de las huestes republicanas ha guardado riguroso silencio.
El problema para el excandidato presidencial es que justamente salir a responder a Matthei es sumar otro esfuerzo a su desgastada figura, que ya va cuesta abajo, según las últimas encuestas.
Justamente, parte de su defensa a las críticas, fue apuntar a que la lideresa de la UDI estaba opinando pensando en los resultados de los sondeos, que muestran no solo un desinterés de la ciudadanía por el proceso constituyente, sino que también una clara tendencia a votar En Contra en diciembre próximo.
“Se debe ser responsable y no mirar las encuestas para tomar decisiones y aquí claramente hay personas que miran las encuestas y dicen ‘esto va mal, entonces, yo quiero estar con lo que va bien"”, replicó Kast.
Aunque, más allá del cruce de declaraciones, el morbo está en que ambos son las figuras presidenciables más fuertes, hasta ahora. Esto último, solo tomando la fotografía del momento político actual, la historia nos ha mostrado a muchos partiendo como caballo inglés, para terminar llegando como burros de carga, al último.
El duelo entre Kast y Matthei tras “parada de carros” a Republicanos
Como sea, es indesmentible que hoy tanto Kast como Matthei son las figuras expectantes de cara a una carrera a La Moneda, algo que sería inédito en nuestra democracia y que es evidencia además del precario momento de la izquierda, aunque eso da para una nota aparte.
Así las cosas, la “parada de carros” de Matthei fue mirada con orgullo por sus incondicionales al interior de la UDI, pero también con cierto agrado por el resto de los partidos de Chile Vamos, ya que Kast es una figura incómoda para ellos, no tanto por su ideología, que en general comparten, como por su estilo confrontacional.
En el gremialismo inflan el pecho con orgullo por cómo la “Gringa”, como le dicen sus cercanos, salió a hablar lo que muchos de ellos comparten.
Fuera de micrófono, parlamentarios admiten que las enmiendas presentadas por los Republicanos son de su total gusto, pero no están de acuerdo con “pasar máquina”, sino con ceder para lograr un texto de consenso, lo más parecido al que elaboraron los expertos.
“Los Republicanos prefieren morir con sus ideas, que sobrevivir con ideas prestadas”, cuestionan en el gremialismo. Y en el intento por controlar sus “hordas”, como le dicen, Kast ha ido asumiendo un costo que le podría salir muy caro de aquí a diciembre de 2025.
Y aunque el presidente de la UDI, Javier Macaya, salió a “aclarar” los dichos de Matthei, en el gremialismo reconocen que fue más que nada un gesto para bajar las tensiones, ya que ambos mantendrían una buena relación.
En Evopoli, por otro lado, están conscientes que al no tener un candidato propio, si las elecciones fueran este fin de semana, ella sería la elegida.
Pero más allá de ese vacío de poder, lo cierto es que coinciden que para lograr llegar nuevamente a La Moneda, es imperativo distanciarse de Republicanos, o mejor dicho, de sus ideas.
Las diferencias de Matthei y Kast
Esto último también es un punto que valoran en Evópoli, donde en general la lectura que hacen es que la fórmula pasa por unir a la derecha y captar también votos de centro, a diferencia de Kast, que además del rechazo que genera, tiende a polarizar.
En esto también coincide María Pía Méndez, académica de la Escuela de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Mayor.
“Lo que está haciendo Matthei es una estrategia bastante inteligente de su parte. No sé si sea una intención directa de querer adelantar la carrera presidencial, pero sí de posicionarse y un poco distanciarse de la figura de Republicanos que lo que ha hecho, como en las mismas palabras de ella, formar parte de un proceso que ya se ve como fallido o como fracasado”, apunta.
“Matthei es más transversal, por su gestión en Providencia, eso la abre como carta al centro, lo que la hace una candidata muy competitiva en una elección con voto obligatorio. Kast es candidato de un electorado más duro y ya no puede crecer”, enfatiza, por otro lado, Marco Moreno, analista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones en Universidad Central.
¿Y en Renovación Nacional? Destacan que es de “sentido común” lo que expuso Matthei, pero que además tuvo el “éxito” de hacer la diferencia con Kast, disminuyendo la beligerancia.
“Es algo que ella ha hecho en otras ocasiones, apelar a un relato conectado con una especie de noción de sentido común”, resalta en ese mismo sentido Méndez.
“Lo que hace también es permitirle proponerse como una figura dentro de la derecha que no solo opera a la derecha más conservadora de la UDI, sino que también está tratando como de situarse en un espacio donde todavía no hay otras figuras fuertes, como desde RN o desde Evópoli”, explica la docente.
Empero, también en RN tienen sus propias teorías para explicar lo que ha pasado en el Consejo Constituyente. Ya que creen que en el fondo Republicanos hizo su negocio y ahora van a dejar que los expertos hagan el “trabajo sucio”.
De todas maneras, esta posible estrategia tiene sus costos para el partido presidido por Arturo Squella. “Está muy claro que, a pesar de que mucha gente votó por estos constituyentes republicanos, lo que ha ido apareciendo con las propuestas de la Constituyente no está dejando contenta a la gente”, advierte la académica de la Universidad Mayor.
Aunque, dadas las circunstancias y la caída en las encuestas, en RN opinan que Kast deberá jugársela, asumir un liderazgo para que la caída no sea tan brutal de cara a las presidenciales, sobre todo, teniendo en frente a Matthei, que ha ido ganando la pulseada (hasta ahora).
“Que ella sea capaz en una entrevista decir que ella apoya el aborto en tres causales, también abre la puerta a que la gente pueda decir que es una figura que genera confianza, que ha tenido una gestión que está bien evaluada en su comuna, que tiene una postura de entregar estabilidad, seguridad, pero no vinculada a estas propuestas que no son populares desde ningún punto de vista”, reflexiona Méndez.
“Su imagen de mujer dura le sirve, además, en una época donde la gente está buscando orden y autoridad”, resalta Marco Moreno, lo que se explicaría en el hecho que la irrupción de Matthei está marcada por la caída de Kast y de Republicanos en los sondeos, por los excesos en el proceso constituyente, en esa lógica identitaria y partisana.
El inédito enfrentamiento entre derechistas
“Ella genera un liderazgo menos duro”, reconocen en la interna de RN, donde además resaltan en que al tener un cargo como alcaldesa, no está en la “primera línea” como los diputados, enfrascados en una permanente guerrilla de declaraciones.
Es un poco de lo que pasó con Joaquín Lavín Infante en 1999, cuando peleó voto a voto con Ricardo Lagos Escobar, cuando también basó su campaña en las iniciativas que impulsó en Las Condes en su época como alcalde.
Sin embargo, esta vez el escenario sería inédito en nuestro país, con dos candidatos de derecha enfrentados en una eventual segunda vuelta presidencial.
Ya se dio un fenómeno similar en Francia en 2002, cuando se enfrentaron Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen, donde ambos eran de derecha. Acá podría pasar algo parecido entre José Antonio Kast y Evelyn Matthei, donde -al ser voto obligatorio- no sería extraño que personas de centroizquierda terminen por darle su apoyo a la actual alcaldesa, ejemplifica Marco Moreno.
“Pero además, tiene un currículum que la avala, porque tiene experiencia, es economista, ha tenido roles en el Gobierno como ministra y en la gestión local como alcaldesa, la conocen y la ven como cercana y dialogante”, subraya el docente de la Universidad Central.
¿Qué le puede jugar en contra? Quizá su carácter un poco impulsivo, más allá de su pasado pinochetista, del que renegó en junio pasado, cuando aseguró que el fallecido dictador “hizo cosas bien y cosas horribles”.
“En temas de derechos humanos, inaceptable (…) Una de las cosas que más me duele es que él no haya dado la cara en el tema de los derechos humanos”, aseveró.
¿Qué tanto puede condenarla su pasado? Probablemente en diciembre de 2025 lo sepamos.