Investigaciones de Fiscalía, un gallito con la oposición y la despedida de un amigo. El denominado Caso Convenios desarmó el puzle de Gabriel Boric, quien debió concretar su tercer cambio de gabinete este miércoles. ¿El gran ganador? El Partido Comunista.
La tienda liderada por Guillermo Teillier había entrado a La Moneda con tres ministros, pero el titular de Ciencia fue una de las víctimas del plebiscito. Sin embargo, pudo recuperar una cartera y convertirse en una de las tres colectividades con mayor representación en el gabinete.
A Camila Vallejo y Jeannette Jara se suma Nicolás Cataldo, quien desembarcó en Educación tras su anterior paso por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere).
Su recibimiento no fue el mejor, ya que la próxima semana podría activarse una paralización indefinida por parte del Colegio de Profesores, gremio que ya había advertido en reiteradas ocasiones a Marco Antonio Ávila.
Ante ello, los analistas coinciden en calificar como “complejo” el ministerio que le tocará liderar a Cataldo. Pero si avanza con las promesas que formuló Boric, que incluyen la reparación de la deuda histórica y el pago de bonos atrasados, podría abrir paso a nuevas incorporaciones del PC.
“El Partido Comunista va a seguir accediendo a cuotas de poder. Se transformó en un partido confiable para el Presidente, a contrapelo de lo que sucedió con Revolución Democrática”, prevé Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política y académico de la Universidad de Talca.
Y es que toda moneda tiene dos caras. Si bien el Gobierno evita reconocer un castigo a RD por los polémicos traspasos a fundaciones, el partido de Giorgio Jackson quedó relegado a una sola cartera sectorial como Bienes Nacionales.
Una realidad muy distinta a la de sus colegas del Frente Amplio. Comunes también cuenta con un ministerio, pero nada menos que Desarrollo Social. Más adelante se posiciona Convergencia Social, el partido del jefe de Estado, que tiene instaladas sus banderas en tres departamentos.
PC recupera terreno después de 50 años
Al mediodía del 11 de septiembre de 1973, los aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) bombardearon La Moneda. Hasta ese instante, el Partido Comunista contaba con tres ministerios en el gobierno de Salvador Allende: Economía, Justicia y Trabajo.
Cuatro décadas más tarde, tras unirse a la Nueva Mayoría, obtuvo dos cupos en el segundo mandato de Michelle Bachelet: Claudia Pascual y Marcos Barraza. No obstante, tuvieron que pasar casi 50 años para recuperar esta triada con el ascenso de Gabriel Boric.
Con esto, iguala a Convergencia Social y al Partido Socialista. Este último forma parte del llamado Socialismo Democrático, que también integran el PPD, el Partido Radical y el Partido Liberal.
Este bloque ha mostrado ciertas diferencias con el PC. Por ejemplo, la semana pasada hubo recriminaciones cruzadas por la votación de dos proyectos de seguridad: el transporte injustificado de combustibles durante manifestaciones y la Ley de Usurpaciones.
A pesar de ello, el diputado Luis Cuello, jefe de bancada comunista, asegura que su aporte tras el cambio de gabinete es “con la convicción de que la unidad del oficialismo es una condición necesaria para avanzar en las reformas que Chile requiere”.
La misma prudencia muestra Lautaro Carmona, secretario general de la colectividad. En entrevista con BioBioChile, señaló que tienen “una sana satisfacción por la confianza que plantea el Presidente en destacar a dirigentes nuestros en tareas de primer orden”.
Ahora bien, evita el rótulo de “ganador” al recordar la salida de Flavio Salazar en 2022. “Tendríamos que habernos declarado perdedores tiempo atrás, cuando teníamos tres ministros e ingresó una ministra de otra tienda política”, agregó el exparlamentario.
Quizá la mayor diferencia es que ahora ingresan por primera vez en 111 años al Ministerio de Educación, una cartera que cuenta con un presupuesto de 14 billones de pesos ($14.074.314.043.000) y otorga mayor responsabilidad a quien debe tomar las decisiones difíciles.
La “lealtad” del Partido Comunista
De acuerdo a los registros del Servicio Electoral (Servel), el Partido Comunista posee la mayor cantidad de militantes al 31 de julio (45.824), superando al Partido de la Gente (42.285) y al PS (40.292).
“Cuando una persona vota por un comunista, sabe que esa autoridad va a actuar de este modo, va a defender estas causas y no se va a dar vuelta la chaqueta”, sostiene Cristián Pérez, historiador de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.
Este punto se puede trasladar al terreno de las alianzas políticas, donde el PC se ha ganado el calificativo de “leal” con todos los gobiernos de los que ha sido parte.
Según explica Pérez, la tienda está comprometida con el proyecto del presidente Gabriel Boric y, aunque este ha sufrido modificaciones al tener minoría en el Congreso, va a mantener esa línea. “Más ahora que están convirtiéndose en un eje del Gobierno”, añade.
Aquí puede estar la razón del escaso realce que han dado al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien ha jugado el rol de díscolo respecto a las decisiones que adopta el Ejecutivo.
Y esta fidelidad podría aumentar de grado ahora que Revolución Democrática perdió piso. Aunque la vocera Camila Vallejo afirme que “la lealtad no puede depender de cuántos ministros se tengan”, en época de elecciones se podrían afianzan nuevos liderazgos al interior de Apruebo Dignidad.
“El Partido Comunista se ha ido transformando en el más relevante de la coalición. De ahora en adelante, lo que queda es ver cómo es capaz de imponer sus términos de cara a los próximos comicios locales y presidenciales”, indica el docente Mauricio Morales.
La propia Vallejo se ha convertido en uno de los rostros icónicos de la actual administración, por lo que no sería extraordinario verla compitiendo en las elecciones presidenciales de 2025.
Nicolás Cataldo: el polémico tuitero que llega al Mineduc
La flamante incorporación del PC al gabinete es Nicolás Cataldo, exsubsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo que reemplazará a Marco Antonio Ávila (RD) en el Ministerio de Educación.
“Ávila ya venía debilitado desde el último cambio de gabinete, donde algunos recordarán que quedó una silla vacía y se le atribuía a él”, apuntó Tomás Duval, analista político de la Universidad Autónoma, en conversación con Radio Bío Bío.
A pesar del cambio de nombre, se mantiene a un profesor al mando de la cartera: el de castellano entregó la posta al de historia. Este dato no es menor, pues Yasna Provoste (DC) había sido la última docente de profesión en ocupar el cargo (2006-2008).
Cataldo comenzó a militar en el Partido Comunista en 1998 y fue dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso.
De hecho, la diputada Daniela Serrano, actual presidenta de las Juventudes Comunistas, fue una de las primeras en celebrar su promoción. “Creemos que es importante la valoración de su trayectoria política y el compromiso que tiene con la educación pública”, declaró.
El Mineduc no es nuevo para el reconocido hincha de Santiago Morning, ya que se desempeñó como subsecretario de Educación antes de asumir en la Subdere.
Aquella transición no estuvo exenta de polémicas, ya que todo apuntaba a que el comunista llegaría a la Subsecretaría del Interior en reemplazo de Manuel Monsalve. Sin embargo, tras reflotarse viejos tweets en contra de Carabineros, se optó por retroceder en aquella modificación.
Desde la oposición no olvidan esta controversia y, apenas asumió Cataldo el miércoles pasado, comenzaron los dardos. El senador Francisco Chahuán (RN) habló de “sobreideologización”, mientras que José Antonio Kast lo acusó de “no respetar la autoridad policial ni de seguridad”.
“Lo que esperaría es que Educación no se convierta en una trinchera para la oposición”, respondió el propio ministro. Asimismo, el diputado Luis Cuello tildó las críticas de “berrinche de algunos sectores que no toleran ver a un comunista en el Gobierno”.
Pero este no es el problema más grave de Cataldo, sino el paro indefinido que podría anunciar este miércoles el Colegio de Profesores. El nuevo titular de Educación ya entregó una propuesta para comenzar a reparar la deuda histórica en 2024 y pagar los bonos atrasados desde 2018.
Si bien los docentes valoraron la conducta dialogante de su antecesor, Marco Antonio Ávila, también lo calificaron de “poco práctico” en la capacidad de dar respuesta. Algo que, en todo caso, tiene chances de cambiar con el arribo del profesor de historia.
De acuerdo a Mauricio Morales, el Partido Comunista “tiene una mejor llegada con los sindicatos y con los gremios de profesores. Por lo tanto, da la sensación que ahí podría existir una especie de control de la protesta, dado los vínculos organizacionales con las instancias de base”.
Vallejo y Jara: las dos “mateas” del partido
Se especuló que dejaría la Secretaría General de Gobierno, pero permanece estoica. La ministra Camila Vallejo es una pieza clave en el ajedrez de Gabriel Boric, a tal punto que de su boca parecen salir las propias palabras del Mandatario.
Si bien cedió terreno durante un mes a Luis Cordero, titular de Justicia, para que explicara el alcance jurídico del Caso Convenios, la exdiputada comunista volvió a posicionarse en la carátula del Ejecutivo para hacer frente a las reyertas diarias con la oposición.
“Vallejo ha sido una gran vocera. No es fácil estar permanentemente colocando los argumentos en defensa del Gobierno. Además, tiene mucha sintonía con el Presidente y eso es muy bueno, porque da claridad de hacia dónde se apunta en cada situación”, opina Tomás Duval.
El exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma reconoce que desde ciertos sectores se percibe un “anticomunismo”, pero asegura que la portavoz de La Moneda “ha cumplido el rol más allá de su militancia”.
El segundo nombre clave en el tablero del Gobierno es Jeannette Jara, quien ha empleado herramientas diplomáticas con los empresarios y los trabajadores para sacar adelante proyectos icónicos como las 40 horas o el aumento del salario mínimo a $500 mil.
Incluso, voces de la oposición aseveran que la jefa de Trabajo y Previsión Social es “mucho más pragmática que muchos de los que la rodean”. Este es uno de los factores que llevó al presidente Gabriel Boric a incluirla en el comité político tras el plebiscito constitucional de 2022.
Aunque se ha ganado el apelativo de “matea”, Tomás Duval recuerda que “el Gobierno ya no tiene mucho más tiempo para hacer reformas profundas”, por lo que Jara deberá concentrar sus esfuerzos en materializar el anhelado ajuste a las pensiones si quiere conversar dicho apodo.
Ahora es el turno de Nicolás Catado, quien buscará capitalizar la confianza vertida en el Partido Comunista. Tal como “encantó” a Evelyn Matthei (UDI) en octubre pasado, deberá hacer lo propio con los profesores para frenar una embestida que podría traducirse en la mayor movilización desde el paro de camioneros.