Daniel Andrade y Carlos Contreras no serían los únicos cercanos a la diputada Catalina Pérez que lograron instalarse en el aparato estatal.
La diputada de Revolución Democrática, Catalina Pérez, vive días complejos tras ser salpicada por el escándalo que protagonizó su pareja, Daniel Andrade, y que terminó con la renuncia del ahora exseremi de Vivienda en Antofagasta, Carlos Contreras.
Recordemos que el ingeniero, militante del partido frenteamplista, fue primero cuestionado por su rol como asesor de la Subsecretaría de Defensa, desde octubre del año pasado.
Sin embargo, lo más polémico vendría después, tras la revelación de los millonarios convenios que firmó su fundación, Democracia Viva, con la Seremi de Vivienda de Antofagasta.
Esta última repartición era liderada por Carlos Contreras, exjefe de gabinete de la diputada Pérez, quien renunció a su cargo tras conocerse el traspaso de $426 millones de pesos a la organización.
En medio de la controversia, la parlamentaria salió, en un evidente tono de molestia, a intentar desmarcarse del escándalo, asegurando que no estaba disponible a “tolerar ni a aceptar que se busque endosarme a mí, responsabilidades por actos que cometen terceros”.
“Aquí hubo un error de juicio político grave, aquí hubo un error de criterio político grave, y los responsables políticos, que son los firmantes del convenio, don Carlos Contreras, don Daniel Andrade, tendrán que responder políticamente como corresponde”, sentenció.
No obstante, según relevó Timeline, Andrade y Contreras no serían los únicos cercanos a la diputada que lograron instalarse en el aparato estatal.
Se trata de Gustavo Riveros, seremi de Medio Ambiente; María Gloria Lazcano, que integra el Consejo de la Sociedad Civil del Gore; así como Marcela Astudillo, directora de la Dirección de Aguas del Ministerio de Obras Públicas.
A ellos se suman Iván Ávila, excandidato a senador y hoy periodista de la Delegación Regional; Cindy Gómez, excandidata a concejal, actualmente funcionaria de la Seremi de Desarrollo Social, y Liliana González, excandidata en la última elección a consejera constituyente, que trabaja en la Conadi.
Así también, serían parte de este círculo de amigos, la consejera regional, Paula Orellana, y la concejal de Antofagasta, Paz Fuica.
De acuerdo a Timeline, si bien no funcionan como un movimiento político, es claro el influjo de la parlamentaria frenteamplista, gracias a la cercanía que tiene tanto con el presidente Gabriel Boric, como con el ministro Giorgio Jackson.
No obstante, se les acusa de no tener mayor experiencia política, por lo que han tenido algunos desencuentros con otros funcionarios de carrera.