El Presidente de la República, Gabriel Boric, abordó la crisis de migración y aumento de la delincuencia asociada a ella, en el marco de la Cumbre Iberoamericana, que se realiza en República Dominicana.
Boric abogó por el aumento de la coordinación entre las policías de los países vecinos, junto con mejorar el trabajo bilateral entre los países, afirmando que “son los delincuentes y sus organizaciones quienes deben tener miedo y no las grandes mayorías trabajadoras y pacíficas, que son los habitantes de nuestras patrias. Trabajemos juntos en desarticular al narco transnacional”.
“No podemos tolerar que continúe el ingreso irregular, eludiendo el control migratorio. Por ello, es fundamental intensificar las conversaciones bilaterales”, insistió ante sus pares de la región.
Consideró que “no hay bienestar posible si no somos capaces de hacer valer el Estado de Derecho, si no defendemos la fuerza de la ley, que no es más que evitar que prime la ley del más fuerte”, expresó el presidente chileno, en relación a la lucha contra el crimen organizado.
A su juicio, el combate a las bandas criminales debe avanzar “sin dejar espacio a la corrupción en las policías, justicia y política (…) Es algo en que no debemos titubear”.
Mejorar la coordinación internacional
El presidente Boric evidenció que los flujos migratorios han presentado cambios, por ello se presentan desafíos, que deben darse en el marco del multilateralismo.
“No hay receta infalible y el camino de cualquier solución pasa por trabajar en conjunto en países de origen, tránsito y destino. Tenemos que ser capaces de lograr una migración segura, regular, ordenada y humana”, expresó.
Considera que urge acelerar la coordinación entre nuestras autoridades policiales y migratorias.
En relación a las bandas dedicadas al tráfico de migrantes, indicó que “es inaceptable y nos tiene que dar rabia que unas pocas personas se aprovechen de la crisis y lleguen a nuestros países con intención de hacer de la migración un negocio. En Chile no lo vamos a aceptar”.
Condena a régimen de Nicaragua
“La dictadura chilena nos enseñó de forma brutal los riesgos de relativizar la democracia y los derechos humanos”, afirmó el mandatario.
En esa línea, expresó que “no es aceptable, de parte nuestra, callar ante la dictadura familiar de Ortega y Murillo en Nicaragua, que acaba de privar de su nacionalidad a 94 opositores y deportar a más de 200 presos políticos. Pareciera no saber Ortega que la patria se lleva en el alma y en la sangre y no se quita por decreto”.
También tuvo palabras sobre el proceso constituyente y la “nueva oportunidad” que se da tras el rechazo a la primera propuesta.
“Una nueva constitución no basta ni es en sí misma la panacea. Necesitamos incorporar a nuestras instituciones procesos de reforma graduales, pero continuos, que se hagan cargo de los desafíos de nuestros países”, remarcó.