La mañana de este martes el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, habló con la prensa en La Moneda tras la reunión a la que fue citado por la ministra Carolina Tohá en el marco de su emplazamiento al Congreso tras el atropello de un uniformado.
El oficial partió mencionando que sus declaraciones, que causaron una ola de apoyo pero también algo de molestia, se dieron “en un contexto de mucho dolor por la situación que afecta al carabinero, a la familia y la familia institucional”.
Según dijo, la esposa del cabo Alex Salazar le comentó que él le manifestaba tener temor y miedo de enfrentarse a una “situación compleja”.
“Eso particularmente respecto a una inquietud o temor que tenía respecto al ejercicio de su trabajo”, detalló Yáñez, que aseguró haberle dicho a la ministra que es una sensación que tienen “muchos carabineros”.
“Quiero ser claro: el apoyo político lo tenemos. Es más, todos los cambios en todas las innovaciones, incrementos que hemos tenido en recursos, en presupuesto, renovar el parque de aeronaves se ha producido en un año y eso habla del apoyo de esta autoridad con la institución”, dijo.
“Pero el mensaje también iba dirigido a mis carabineros. Quiero que sepan que hay una agenda que lleva el Gobierno en la cual hay una serie de iniciativas que buscan mejorar estas inquietudes”, agregó.
Consultado por la prensa por el tenor de la citación, el general apuntó a que el objetivo de su llamado a palacio fue, primero, entregar detalles del estado de salud del cabo y, segundo, conocer el contexto tras sus dichos.
“Siempre la forma se puede mejorar de cómo uno manifiesta o expresa sus ideas, pero aquí hay que preocuparse del fondo”, remarcó.
Al preguntarle derechamente por una molestia de la ministra con él, Yáñez insistió que “uno siempre puede mejorar la forma en cómo dice las cosas. Obviamente cuando una autoridad lo cita, de la cual depende, le puede hacer perfectamente las observaciones que corresponda”.
Con todo, en momentos en los cuales la mesa de seguridad sigue caída tras los indultos y con avances en control fronterizo en el norte de la mano de militares, el general aclaró su postura en materia de inseguridad y delincuencia.
“Hay quienes sostienen que hay que andar con una metralleta en las calles para que la seguridad cambie, y eso no es así”, zanjó.