La mañana de este sábado se informó la muerte del Papa Benedicto XVI, que falleció a los 95 años en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Allí vivía desde que renunció al cargo en 2013, lugar donde permaneció hasta sus últimos momentos.
Su muerte generó conmoción en el mundo y así también varias reacciones y recuerdos de sus años como máxima autoridad de la Iglesia católica.
Benedicto XVI, de hecho, visitó Chile, aunque años previos a su ascenso, cuando se desempeñaba como Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
Su paso por el país tuvo lugar en 1988, meses previos al histórico plebiscito que terminaría con la dictadura militar de Augusto Pinochet.
El recorrido de Benedicto XVI por Chile
Conocido en ese entonces como Cardenal Ratzinger, estuvo en el país desde el 7 al 14 de julio, donde se reunió con comunidades cristianas, fundaciones solidarias y recorrió la población Américo Vespucio en Santiago.
Según detalla una crónica de la comunidad “Mes de la Solidaridad”, el Cardenal se había interesado por la labor de la Iglesia en Chile y había escuchado con atención a los pobladores y miembros que se acercaron en su visita.
Asimismo, compartió momentos con obispos chilenos en la Casa de Retiros de Caritas. Allí comentó: “No vengo solamente a enseñar, sino también para aprender y conocer los problemas que viven las conferencias episcopales“.
Además, durante una conferencia de prensa reflexionó sobre la gestión de la Iglesia. “La Iglesia no es como un Estado en que las cosas se manejan con la mecánica propia de los Estados, sino que el problema nuestro es el problema de la verdad, y la verdad no se dirime por las mayorías“, planteó.
En cuanto al contexto de la época, también resaltó el trabajo de la iglesia chilena. “He visto como están dispuestos los obispos a lograr la unión, no solo entre ellos. Después de la visita que hiciera el Papa, están animados y se sienten principalmente empeñados en hacer todo lo posible por la reconciliación profunda de este país”.
Al despedirse de Chile, añadió: “Me ha impresionado el cariño y el afecto de la gente. Ayer he tenido la oportunidad de visitar la parroquia San Alberto, en un barrio muy pobre, y he visto un gran sentido religioso y un gran empeño en trabajar por el futuro social y humano de este país”.