El nuevo presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile, el oficialista Vlado Mirosevic, se muestra “optimista” ante los avances en las negociaciones del nuevo proceso constituyente. No obstante, admite que “los representantes políticos del rechazo son los que imponen los ritmos de la conversación”.
Junto a Álvaro Elizalde, presidente del Senado, el nuevo presidente de la Cámara lidera los diálogos hacia un nuevo proceso constituyente; que las fuerzas políticas sostienen desde hace tres meses, tras el rechazo a la propuesta de nueva Constitución.
“Es muy especial poder estar en este rol porque, para mi generación, llegar a decir que vamos a tener una nueva Constitución hecha en democracia es, probablemente, una de las principales tareas políticas”, expresó Mirosevic en conversación con Agencia EFE.
El diputado, politólogo de formación, dice que se siente “optimista” por los “avances” y “buena disposición” en las negociaciones: “Aunque sigue habiendo puntos de desacuerdo, todos entendemos que hay que salir de la pelea diaria porque estamos resolviendo los próximos 40 años de Chile”, mencionó.
Mirosevic fue escogido presidente del hemiciclo el 7 de noviembre, luego de que la candidata comunista Karol Cariola no alcanzara suficientes votos.
Para él, “lo importante es que salga un buen acuerdo, no que salga rápido”. Y admite que hay presiones para que el nuevo órgano redactor del texto sea mixto, tal y como quiere la oposición. En lugar de integrarse por el 100 % de sus miembros electos, como fue la Convención Constitucional por decisión del 80% de la ciudadanía en el plebiscito de entrada.
El parlamentario y fundador del Partido Liberal considera válido el resultado del primer plebiscito, pero advierte que están “llegando a un acuerdo con el otro sector del país y eso supone ceder también”.
“Los conservadores son lo más contentos con el desorden”
Mirosevic preside la Cámara en un momento de crisis nacional y global, con inflación, desempleo y una alta percepción de inseguridad: “Asumo el cargo en un momento de mucha polarización y mal ambiente, pero mi propósito es ordenar la Cámara porque el país espera de nosotros una actitud a la altura de nuestra responsabilidad”, apuntó.
Según él, hay un grupo “muy beligerante” de parlamentarios que “genera un problema de prestigio serio a la institución”. Por eso, entre sus prioridades está promover una reforma al reglamento de la Cámara para “endurecer las sanciones económicas de la dieta” a quienes mantengan conductas inapropiadas: “El despelote y el caos solo sirven para mantener el statu quo”, indicó.
“Los conservadores son los más contentos con el desorden porque es un argumento para que no avancen los cambios que el país exige”, añadió.
Entre los temas preferentes de su agenda también hay proyectos antiabuso, de seguridad pública, reactivación económica y urgencias sociales, pero reconoce que “su corazón” está puesto en las reformas tributaria y de pensiones que el Gobierno prometió al país.
“Espero ser lo más transversal posible para avanzar en esta agenda. Voy a tener un rol republicano y sobrio para hacerle bien a la institución”, sostiene.
“Banderas levantas en el pasado”
Mirosevic asegura mantener “una muy buena relación, de mucha confianza” con el presidente chileno, Gabriel Boric, con quien ya se reunió. Ambos tienen varios puntos en común: fueron dirigentes estudiantiles, tienen ascendencia croata y llegaron a la Cámara de Diputados en 2014, donde “forjaron una gran amistad“, precisa.
“Muchas de las peleas y banderas que levantamos juntos en el pasado, hoy estamos con posibilidad de lograrlas“, agrega el liberal, que atraviesa su tercera etapa legislativa, aunque su primer intento de llegar al Congreso fue en 2009 a través de una coalición de derecha que ese año apoyó la candidatura presidencial del conservador Sebastián Piñera.
El legislador se distancia de las críticas que parte del conglomerado de izquierda Frente Amplio, al que pertenece Boric y al que él renunció a finales de 2020, ha dirigido a las administraciones anteriores, y que ha supuesto uno de los motivos de conflicto en la coalición gubernamental, formada por los frenteamplistas y la centro izquierda tradicional.
“Siempre fui muy cuidadoso de no hacer una crítica tan lapidaria a los 30 años (anteriores) porque hay que tener gratitud con aquellos que lucharon contra la dictadura en momentos difíciles. A esa generación le tengo un tremendo respeto porque pelearon para retornar la democracia”, cierra.