El Ejército espió a sus funcionarios que fueron acusados de infidelidad a través de la controvertida Operación Topógrafo. Asimismo, se "pinchó" el teléfono a un sargento que denunció acoso laboral. Todos los registros fueron hechos desaparecer por la DINE.
Acusaciones de infidelidad y una denuncia de acoso laboral, motivaron el espionaje del Ejército en contra de sus propios funcionarios, durante la denominada Operación Topógrafo.
Recordemos que dicha operación de inteligencia espió a militares activos y en retiro entre 2016 y 2017 que se encontraban denunciando casos de corrupción contra altos mandos, previa autorización del ministro Corte de Apelaciones de Santiago, Juan Poblete.
La obra de inteligencia tenía como objetivo una serie de medidas intrusivas contra el periodista y escritor Mauricio Weibel, que destapó el escándalo de corrupción en el Ejército, bautizado como Milicogate.
La luz verde de la justicia al espionaje se habría amparado en que la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) habría señalado que tenían dudas sobre si estos funcionarios estaban filtrando a civiles información sensible de la institución, por ende, poniendo en riesgo la seguridad nacional.
Aunque, aparentemente no se habría mencionado que era por temas de corrupción, tema importante si consideramos que la aplicación de la Ley de Inteligencia efectivamente contempla la inteligencia y contrainteligencia, pero en ningún caso puntos como el actuar corrupto de las autoridades militares.
No obstante, ahora Ciper reveló que no sólo las acusaciones de corrupción motivaron los “pinchazos” telefónicos, destinando parte importante de los recursos a espiar a funcionarios del Ejército “infieles”.
De acuerdo al reportaje, la DINE habría realizado 17 interceptaciones telefónicas en 2017, donde una fue por una denuncia de acoso laboral y otras por supuestas infidelidades de los funcionarios.
El primer caso corresponde al sargento en retiro Luis Zamorano, quien fue intervenido luego de acusar malos tratos durante su trabajo en las casas comando, donde realizaba labores como mayordomo.
Así lo señaló en un reportaje publicado en The Clinic titulado “El esclavo del General”.
De acuerdo a los antecedentes, su teléfono fue interceptado tras señalar al ministro Poblete que el número correspondía a una supuesta ciudadana boliviana.
Espionaje del Ejército a militares “infieles”
Los supuestos problemas maritales de los funcionarios también fueron objeto de espionaje, afectado al coronel Hugo Julio Schweitzer, quien mantuvo “pinchado” su teléfono entre mayo y agosto de ese año.
Según señaló, recién supo del hecho tras ser advertido por otro de sus colegas, Gonzalo Contreras: “Hugo, cuídate, te está siguiendo DINE porque te habrías metido con una cabo”.
Incluso, el actual comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga Del Campo, también le advirtió sobre la supuesta infidelidad. “No te metas con una suboficial”, le habría señalado.
Al respecto, Hugo Julio Schweitzer apuntó a problemas laborales que habría tenido con un instructor por una cabo segundo, lo que terminó en una denuncia anónima en su contra donde se denunciaba una supuesta relación amorosa.
Sin embargo, no habría sido el único espiado por razones sentimentales. El excomandante de un regimiento de Montaña en Osorno, Claudio Mendoza, también fue investigado por problemas “asociados a problemas sentimentales”.
Aunque, en su caso, efectivamente mantuvo una relación extramarital con la veterinaria Ina Weber, quien se desempeñó hasta diciembre de 2019 en el Ejército, detalla Ciper.
Asimismo, otro de los teléfonos interceptados corresponde a una profesora de colegio, mientras que otro de los números es de un celular prepago. Este último, ha sido continuamente espiado por parte del Ejército, como también de la PDI.
De forma sorpresiva, todos los archivos digitales y en papel de la Operación Topógrafo desaparecieron en el verano de 2018, en medio de versiones encontradas de los funcionarios que la DINE, quienes se culpan entre ellos de haber efectuado dicha “limpieza”.