Luego del sorteo de parlamentarios que deberán someterse al test de drogas en la Cámara de Diputados, existen discrepancias sobre si la modificación reglamentaria invade el derecho a la vida privada.
Algunos sostienen que es una buena medida, aplicable a funcionarios del Poder Judicial o al Gobierno, mientras otros señalan que es un “show político” y una oportunidad perdida para debatir sobre la política de drogas en Chile.
Tras darse a conocer el listado de los 78 diputados y diputadas que -de manera aleatoria- fueron seleccionados para someterse a un test de drogas, según el nuevo reglamento de la Cámara Baja, que tiene por objetivo regular la prevención del consumo indebido de sustancias y así descartar cualquier vínculo con el narcotráfico.
Parlamentarios han presentado reparos a la norma, sobre todo al establecerse que aquellos exámenes que arrojen positivo, serán difundidos públicamente.
Como “controversial” fue catalogada la regla por el diputado DC, Eric Aedo, fundamentando que compromete el derecho a la vida privada.
Sin embargo, señaló que los congresistas, al ejercer una labor pública, su toma de decisiones que involucren a la ciudadanía deben ser transparentadas.
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El diputado de Revolución democrática, Jaime Sáez, quien reconoce consumir cannabis con supervisión médica para tratar la migraña crónica que le aqueja, indicó que es una oportunidad perdida para debatir -de fondo- la política de drogas en Chile.
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Por su parte, el parlamentario UDI, Juan Antonio Coloma, propone aplicar el test de drogas en funcionarios del Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, señalando además que desea medidas más duras contra quienes arrojen positivo al examen.
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A su vez, la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores, estimó que aquellas diputadas o diputados que consuman drogas, deberían dejar su cargo.
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Las y los legisladores que den positivo deberán autorizar el levantamiento de su secreto bancario, sumado a que si existe una transacción por sobre las 800 UF, deberán justificar los montos.
De no hacerlo, la información recabada será derivada a la Comisión de Ética y Transparencia de la Cámara Baja o al Ministerio Público.