Los homicidios han aumentado. Así ha quedado demostrado en las últimas semanas tanto en las calles del país, donde se han registrado una serie de hechos de sangre, como en las estadísticas que maneja la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).
Y es que según cifras de la policía civil, a las que accedió Radio Bío Bío, entre el 1 de enero y el 26 de junio de 2022 se registraron 413 homicidios en el país, 92 más que en el mismo periodo de 2021, lo que se traduce en un aumento del 28,7% al comparar ambos periodos de tiempo.
En las mismas estadísticas se entrega un dato no menor en torno a las modalidades utilizadas en la comisión de dichos crímenes: un importante crecimiento en el uso de armas de fuego. Si en 2021 se contabilizaron 166 homicidios utilizando armas de fuego, este 2022 la cifra alcanzó los 256, es decir, 92 muertes más.
Lo anterior, según el jefe de la Brigada de Homicidios Sur de la PDI, Jorge Abatte, es una tendencia. “Existen algunos fenómenos que están asociados a estas pandillas o bandas criminales, estructuras criminales en algunas comunas o ciudades de nuestro país, principalmente en aquellas ciudades más grandes, donde la criminalidad es más fuerte”, señala.
Abatte agrega que dicho “fenómeno” se ha visto caracterizado “donde no tenemos una relación entre víctima y victimario, no hay un factor común en aquello, distinto a lo que sucedía en otros años donde sí teníamos una relación directa muchas veces entre víctima y victimario. Lo que se generaba muchas veces el homicidio era en forma circunstancial, que lo podíamos ver asociado a una pelea, alguna riña o rencillas que podrían haber entre personas conocidas”.
Ahora, en base a esta nueva forma de criminalidad, el subprefecto Jorge Abatte señala que “lo que estamos viendo actualmente tiene que ver con todo lo contrario, son bandas que están relacionadas con algún territorio o en presencia de algunos delitos que tienen que ver con algunos sectores geográficos, o bien asociados a crimen organizado. Es por ello, cierto, que tenemos una mayor proporción o porcentaje de delitos de homicidio donde el autor y la víctima no hay una relación directa entre ellos”.
Análisis pormenorizado
Al disgregar los datos por región, es la Metropolitana quien lidera las cifras. Si en 2021 las víctimas de homicidio llegaron a los 151 casos, en el periodo entre el 1 de enero y el 26 de junio de 2022 el número alcanzó los 171. Es decir, 20 personas más perdieron la vida. Junto a la capital, en todas las regiones del norte se aprecia un leve aumento de víctimas por homicidio.
En el sur, por su parte, aumentaron Ñuble, Bío Bío y La Araucanía. “Sin duda que la criminalidad va avanzando conforme a la globalización y los fenómenos que van registrando los países, y en este sentido Chile tampoco está ajeno a aquello, por eso podemos ver, cierto, que estas estructuras están utilizando mayor poder de fuego, lo que obviamente modifica su forma de actuar”, señala el subprefecto Abatte.
¿Está la calle más violenta? El jefe de la Brigada de Homicidios Sur señala que “claramente vemos una mayor violencia empleada para un mismo delito que podemos verlo hace cinco o diez años atrás. Podemos tener el mismo homicidio, pero la violencia empleada, la forma de cometimiento es totalmente distinta, y eso va de la mano con estos criminales o bandas que se han ido fortaleciendo en cuanto al poder de fuego”.
Si bien la nacionalidad de las víctimas en su mayoría corresponde a ciudadanos chilenos, también se puede apreciar que otras han ido aumentando sus estadísticas en menor medida. Por ejemplo, entre el 1 de enero y el 26 de junio de 2021 se consignan 4 víctimas de homicidio de nacionalidad venezolana, en el mismo periodo de 2022 la cifra es de 10, más del doble.
El grupo que también ha aumentado sus cifras son quienes están catalogados como “N/N”. De solo un caso en 2021, este 2022 se registran 19 víctimas de homicidio catalogadas como desconocidas, las que en la mayoría de los casos corresponde a personas de nacionalidad extranjera. “El proceso migratorio no es una sorpresa para nuestro país, estamos insertos en este panorama global o principalmente Sudamericano donde nos hemos visto afectado por esta migración irregular principalmente”, explicó el subprefecto Abatte.
En esa misma línea, concluye, “en cuanto a la criminalidad y las muertes violentas asociadas principalmente al delito de homicidio, tampoco están exentas, así que eso va de la mano con aquello y puntualmente las personas que están con N/N, no identificadas, corresponden muchas veces a ciudadanos que, claro, tienen alguna nacionalidad y que no han pasado por los controles regulares o no han efectuado trámites tanto legales que corresponde para poder tener su identificación”.