Después de casi una semana de críticas y tensión al interior de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, el gobierno finalmente ingresó el proyecto de reforma tributaria, y este martes comenzará su trámite.

El Presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Juan Antonio Coloma, insistió en la posición que mantienen legisladores del bloque opositor.

Para ellos, una posible recesión el 2023, la inflación superando el 10 por ciento y la incertidumbre para la inversión, debiese ser el foco en vez de buscar como recaudar más, a través del alza de impuestos.

En la misma línea, el diputado republicano, Agustín Romero, fue más lejos y aseguró que este es el peor momento económico del país para tramitar una reforma tributaria, que proyecta recaudar el régimen en el período 2023 – 2026, 4,1 puntos del PIB.

Romero dijo que la batalla debiese centrarse en la inflación, y como afecta a los estratos más vulnerables.

La diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans, apuntó que para algunas voces de la derecha, ‘nunca’ es un buen momento para hacer una reforma tributaria.

En vez, la diputada oficialista señala que se requiere financiamiento para los cambios que la ciudadanía demanda, y que un nuevo ‘pacto tributario’ también genera estabilidad.

El senador de la Federación Regionalista Verde Social, Esteban Velásquez, se reunió con el ministro de Hacienda, Mario Marcel, esta semana, para conocer los alcances de la indicación sustitutiva del royalty minero.

El senador por la región de Antofagasta, dijo que la medida permitirá diversificar la matriz productiva, y dar más recursos a las regiones.

La reforma, de 241 páginas de extensión, contiene una nueva distribución del impuesto a la renta, la creación de un gravamen al patrimonio, la eliminación de exenciones tributarias, y una política anti elusión y evasión, además de la desintegración dual del sistema tributario para las empresas.