Un misionero chileno oriundo de Santiago, región Metropolitana, fue secuestrado en Haití. Su esposa fue contactada por los captores de la víctima, quienes le habrían solicitado la suma de $100 mil dólares (cerca de 83 millones de pesos) para su liberación.
Se trata de Esteban Zambrano Leiva de 32 años, quien realiza servicios humanitarios a niños y familias haitianas en el área de educación.
Su esposa, Carolina Da Silva, ya se contactó con el consulado chileno en Haití para activar los protocolos en este tipo de casos, por lo mismo, Radio Bío Bío se mantiene a la espera de respuestas por parte del organismo.
Se trasladaba con su hija de 6 años
Fue a las 14 horas con 30 minutos de ayer miércoles que la víctima salió de su casa ubicada en cercanías de Puerto Príncipe. El joven se dirigía en compañía de una de sus hijas de 6 años a realizar clases de español a otros misioneros de la comunidad.
En dicho trayecto y al interior de su vehículo, fue abordado por al menos dos personas armadas. Frente a ello, el misionero les rogó que no se lleven a la pequeña, y los delincuentes accedieron. La menor llegó por sus medios hasta su hogar.
Así lo confirmó el pastor de la comunidad a la que pertenece Esteban, Antonio Roa.
“Fue interceptado por unos hombres armados que lo secuestraron. Esteban les rogó que por favor dejaran libre a su hija, y estas personas accedieron así que la hija llegó por sus propios medios a la casa”, dijo.
Se desconoce su estado actual
Los sujetos lo subieron a una camioneta, y horas después se contactaron con Carolina Da Silva, su esposa, quien reside en Haití junto a sus 3 hijos. La mujer aseguró que afortunadamente Zambrano se encuentra con vida y bien. Esto al día de ayer miércoles, hoy se desconoce su estado.
“Estamos pidiéndole por favor a la policía de Haití, la Interpol y la Embajada de Chile los operativos para ir a rescatar a mi esposo”, aseguró.
Sobre los casos de secuestro registrados anteriormente en el país, el pastor Roa desconoce la metodología de fondo para la liberación de los misioneros estadounidenses y canadienses, por lo que buscan la máxima difusión y presión mediática para la liberación del misionero chileno.