A los 94 años falleció el Coronel (r) del Ejército, Carlos Mardones Díaz, condenado a ocho años de presidio como cómplice del secuestro y homicidio de Marta Ugarte, profesora detenida en agosto de 1976 y cuyo cuerpo apareció en la playa La Ballena un mes después.
En concreto, la sentencia en cuestión fue una de las que ayudó a comprobar los denominados “vuelos de la muerte”, cuando los detenidos por la dictadura cívico-militar eran lanzados al mar.
Los sentenciados por el crimen, entre ellos Mardones Díaz, llevaron a la víctima desde Villa Grimaldi a la localidad de Peldehue, lugar donde se concretó su muerte.
Posteriormente, su cuerpo fue cubierto con un saco y amarrada con alambre en su cuello, para luego ser subida a un helicóptero Puma del Comando de Aviación del Ejército, cuyo máximo jefe era Carlos Mardones.
Acto seguido, la aeronave se elevó con destino a la costa, momento en que el cuerpo sin vida de la docente fue lanzado al mar.
Según la sentencia, en relación a los helicópteros Puma, Mardones “no podía menos que conocer que estos se estaban utilizando para trasladar cuerpos humanos”.
Lo anterior, considerando que “para utilizar dicho medio de transporte requería las autorizaciones y conformación de tripulación, con antelación a su salida”.