Este martes la justicia de Francia condenó a 28 años de cárcel a Nicolás Zepeda por el crimen de Narumi Kurosaki, en diciembre de 2016.
Eso sí, el hombre no reaccionó a la resolución del tribunal de Besanzón, entregada en una audiencia que no fue transmitida.
“Cuando se dio a conocer el veredicto, impecable de camisa y corbata, el chileno no movió una pestaña”, reveló el periódico L’Est Républicain.
“Sin reacción, sin lágrimas. Una impasibilidad absoluta, en un silencio catedralicio. Zepeda no mira a sus padres, sentados a su derecha”, agregó la publicación.
“En el otro extremo de la sala, en el banco de las partes civiles, la madre de Narumi Kurosaki sacaba el retrato de su hija, al que acariciaba con infinita ternura cuando no lo estrechaba contra su corazón”, complementó el medio.
A más de cinco años de su desaparición, el cuerpo de la joven japonesa sigue sin ser encontrado.
Según la Fiscalía, que logró una condena de cárcel pero no la cadena perpetua a la que aspiraba, los restos de Kurosaki habrían sido lanzados por Zepeda al río Doubs, por lo cual estos habrían terminado aguas abajo de la presa de Crissey.
Aunque ya condenado, Zepeda y su defensa tienen diez días para apelar.