La madrugada de este viernes se conoció de la muerte de Leonor Oyarzún, la viuda del presidente Patricio Aylwin, a los 102 años.
Su última aparición pública fue el 16 de mayo, en el marco de la mega elección donde Chile escogió concejales, alcaldes, gobernadores regionales por primera vez en la historia y convencionales constituyentes.
En la instancia, su hija Mariana publicó una fotografía del momento.
“Mi madre a sus 102 años se arregló y fue a votar. Eso se llama vocación republicana. Tiene clara la importancia. Sigan su ejemplo. Daba pena el local vacío”, indicó.
La noticia de su deceso fue confirmada por la familia y desde la Democracia Cristiana, partido en el cual militaba.
Por ejemplo, el exsenador Patricio Walker fue uno de los falangistas que lamentó públicamente su partida.
“Fue una mujer admirable, cercana, que se desempeñó como primera dama con enorme generosidad y dignidad”, dijo en Twitter.
Hasta el cierre de esta edición, sus restos serían velados en su casa, donde murió.
Nacida el 10 de marzo de 1919, se casó con su marido el 2 de octubre de 1948, quien murió el 19 de abril de 2016.
Juntos tuvieron cinco hijos, 17 nietos, y hasta 2019 eran 16 los bisnietos.
Vida como primera dama
Muchos recordarán su rol como primera dama, con el regreso a la democracia.
No obstante, nunca le gustó el título. A su juicio, ella era “una mujer chilena, como cualquier otra”.
Según recuerda su biografía oficial, de acuerdo a la Fundación Aylwin, en La Moneda encontró varios desafíos.
Entre ellos tuvo que hacerse cargo de la Fundación Nacional de Ayuda a la Comunidad (Funaco), convirtiéndola en la Fundación Nacional para el Desarrollo Integral del Menor (Integra).
Por esos años, el foco estaba puesto en la educación inicial de niños de dos a seis años de familias de extrema pobreza, sumando a menores discapacitados y de diversas etnias.
“La instauración de Integra significó la transformación de una institución asistencial a una educativa, profesionalizando sus servicios, incorporando educadoras de párvulos y convirtiendo a las funcionarias en auxiliares para transformar los centros abiertos en jardines infantiles. Ayudar a los niños es una inversión social y un imperativo moral”, dijo en una oportunidad.
En 1990, Leonor Oyarzún también creó la Fundación de Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu), hasta hoy vigente bajo el alero de la Presidencia y su dirección sociocultural.
Pero décadas antes, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, fue una de las fundadoras y la primera vicepresidenta de la Central Relacionadora de Centros de Madres (CEMA).
Eso con el surgimiento y consolidación de estos grupos y su rol social en el país, que incluía educación y capacitación.
Tras el Golpe de Estado se modificó su estructura y en 1974 el decreto 226 dio luz verde a la Fundación CEMA Chile, una institución de corte privado presidida por la esposa del dictador y que finalmente terminó cayendo en la desgracia.