A raíz de una auditoría del Servel que reveló irregularidades en gastos de la Democracia Cristiana, distintos sectores del partido se manifestaron sobre el conflicto financiero.
Una revisión de este organismo evidenció anomalías en los libros de contabilidad de la Falange, dentro de las que se hizo visible impuestos e imposiciones sin pagar, además de viáticos y gastos sin respaldo.
Se solicitó aclarar pagos correspondientes a la campaña presidencial de la senadora Carolina Goic y el arriendo a terceros de las propiedades utilizadas como sede del partido, entre otras cosas.
El candidato a la presidencia de la DC, Diego Calderón, manifestó que le parece alarmantes los resultados y anteriormente han solicitado información sobre las finanzas del partido.
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La carta más joven a la sucesión de Carmen Frei igualmente indicó que situaciones como éstas generan un quiebre entre la ciudadanía y el partido.
Sobre todo, cuando aproximadamente el 50% del dinero declarado corresponde a transferencias de recursos públicos.
El expresidente de la DC, Fuad Chahín, señaló que faltó coordinación entre los administradores económicos del partido, pero que es un confusión y que tendrá rápida salida.
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El ahora constituyente planteó que los balance son presentados por auditores externos del partido y que luego el Servel los fiscaliza. Además, que si las partes se reúnen, pueden responder en conjunto las observaciones de forma rápida.
El extimonel de la Falange también manifestó que esta institución hace muy bien su trabajo en la fiscalización, y que hay que fortalecer la separación el área financiera de la política.
Desde la administración de la Democracia Cristiana no se han referido al respecto.