Expertos analizaron las claves del triunfo de Gabriel Boric -presidente electo en la segunda vuelta- y los desafíos de su mandato.
Para la politóloga y académica de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Pamela Figueroa, el futuro presidente debe conectar el mensaje de esperanza con la mesura.
En tanto, el historiador Cristóbal García-Huidobro se refirió al rol de la Concertación en su victoria; y el abogado constitucionalista Luis Bobadilla remarcó que, independiente del ganador, el futuro del proceso constitucional no estaba en juego.
Cabe destacar que Gabriel Boric se convertirá en el presidente más joven en la historia de Chile, tras imponerse con el 55,87% de los votos a su contendor, José Antonio Kast.
Mensaje de esperanza
Para la politóloga y académica de la Universidad de Santiago, Pamela Figueroa, entre los desafíos del nuevo Gobierno está conectar el mensaje de esperanza, que representa a su programa, con la mesura.
“Debe proponer un plan específico para los primeros 100 días, y luego de eso afinar el programa para que la propia ciudadanía vea cómo se van dado esos avances”, recalcó.
Así también señaló que “un Congreso dividido y el plebiscito para aprobar el proyecto constitucional en 2022, son dos datos de realidad política que están presentes”.
“Giro hacia al centro”
Para Cristóbal García-Huidobro, historiador y académico de la Facultad de Derecho de la Usach, los 11 puntos de diferencia con Kast fueron una “sorpresa”.
“La presidencial le da una ventaja holgada a Boric, pero esa distancia se la debe a su giro hacia el centro, que saldó la necesidad de garantía de la centroizquierda, y la aceitada máquina electoral de la Concertación, que todo el mundo daba por muerta”, indicó.
En tanto, para el abogado constitucionalista y director del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Santiago, Luis Bobadilla: “Ambas candidaturas jugaron con las fake news y el miedo” respecto a la viabilidad del proceso constitucional.
Finalmente, Bobadilla enfatizó en que “un Presidente de la República no tiene ninguna atribución constitucional que pudiese poner en peligro el trabajo de la Convención. La única forma posible de arribar a esa posibilidad sería mediante una reforma constitucional tramitada en el Congreso Nacional y hoy es irreal ese escenario”.