Lucía Hirart falleció a los 99 años de edad y a lo largo de su vida pública dejó varias frases que quedaron en la historia de Chile. Del Caso Quemados a los homenajes a Allende y el fallecimiento de su marido, el dictador Augusto Pinochet.
Este jueves se confirmó el fallecimiento de Lucia Hiriart, exesposa del dictador Augusto Pinochet y participante activa en el poder durante el tiempo desde que el entonces Comandante en Jefe del Ejército llegó el poder hasta que lo dejó en 1990.
La mujer, que falleció a los 99 años de edad siempre destacó por sus polémicas declaraciones tanto durante la dictadura como después, en democracia.
“Si yo fuera jefa de gobierno sería mucho más dura que mi marido”
En el contexto de las protestas contra la dictadura que se llevaron a cabo en 1984, la entonces esposa de Augusto Pinochet fue tajante a la hora de expresarse contra estas manifestaciones.
“Si yo fuera jefa de gobierno sería mucho más dura que mi marido, indudablemente. Desde ya tendría en estado de sitio a Chile entero”, aseguró.
En ese sentido, en relación a la imagen de mujer dura que se tenía de ella, afirmó en entrevista con revista Qué Pasa en 2008 que “No sé si siempre actuaré con sensatez, pero he intentado hacerlo. Nunca he sido prepotente ni tan mandona como dicen. Ahora bien, si tienes a mucha gente trabajando bajo tu tutela es necesario cultivar cierto ascendiente”.
“Para qué se queja tanto esta niña, si se quemó tan poco”
En 1986, también en el contexto de manifestaciones contra la dictadura, Hiriart se refirió al brutal episodio que terminó con la joven Carmen Gloria Quintana y el fotógrafo Rodrigo Rojas quemados y abandonados.
Este lamentable episodio es conocido como el ‘Caso Quemados’. Según registra la periodista Alejandra Matus en el libro “Doña Lucía”, Hiriart dijo: “Para qué se queja tanto esta niña, si se quemó tan poco”.
“Han dado vuelta los acontecimientos a su real antojo”
El 2003 en la conmemoración de los 30 años del fallecimiento del expresidente Salvador Allende, que justamente murió en el contexto del Golpe de Estados encabezado por Augusto Pinochet, le consultaron a Lucía Hiriart sobre los homenajes que se le iban a realizar al exmandatario.
A la revista Caras Hiriart dijo: “Creo que ha habido debilidad de parte de la derecha, o tal vez ingenuidad. Quizá pensaron que los de la izquierda no iban a usar los hechos de una forma tan irrisoria como ha ocurrido. Pero la verdad es que han dado vuelta los acontecimientos a su real antojo y los han tergiversado de una manera tal que resulta increíble. Hoy Chile parece un país de opereta…”
Complementó, entre otras cosas, que “Muchos de los gestos me parecen puro teatro, no tienen mayor importancia… Pero al leer la prensa, ves cosas tan inverosímiles, parciales y malintencionadas que piensas que lo único que falta es que canonicen a Allende”.
“Estaría bueno que, para que Chile se vuelva a reencontrar, que reconozcan que mi marido es absolutamente inocente”
En 1998 Augusto Pinochet fue detenido en Londres por orden del juez Baltazar Garzón por una investigación en la que se le adjudican delitos de lesa humanidad al dictador chileno.
En 2001 Lucía Hiriart defendió a su marido y aseguró que era inocente, pese a todos los delitos que más tarde se le imputarían.
“Estaría bueno que, para que Chile se vuelva a reencontrar, que reconozcan que mi marido es absolutamente inocente de los cargos que le hacen”, afirmó.
Posteriormente, en 2006, cuando Augusto Pinochet Ugarte falleció a la edad de 91 años, ella continuó con su defensa.
En la revista Qué Pasa, Hirart expresó que “Él se fue de este mundo con el convencimiento de la gran injusticia que cometieron en su contra. A pesar de que era muy difícil que Augusto te lo dijera. Como su esposa, yo le adivinaba un poco todo. Creo que sí, ese dolor se lo llevó”.
“Lo calumniaron tanto… además de todas las injusticias que se dijeron con respecto al papel que tuvo como Presidente de la República. Resulta que después de 17 años entregó el país en forma espléndida, de manera democrática, y hoy dicen que nada de eso se hizo ¿Todo se ha hecho en estos últimos 20 años?”.
“Lo más duro es que aún cuando mi marido ha muerto y no le pudieron encontrar nada ilícito, hasta hoy sacan a relucir cosas y ofenden su memoria. Eso es muy duro. En vida, por lo menos podía reclamar y muchas veces lo hizo ante los jueces. Encuentro que es demasiado… una persona que ya no está, que no molesta a nadie”.
“Los chilenos son unos mal agradecidos”
Lanzó la frase en 1988, justo el día en que se ponía fin en las urnas a la dictadura de Augusto Pinochet. El triunfo del NO provocaba que los militares dejaran el poder para permitir votaciones democráticas y así elegir al próximo presidente.
Aquel 5 de octubre, tras ver los resultados de las votaciones, Lucía Hirart aseguró que “Los chilenos son unos mal agradecidos”.