A través de un comunicado de prensa, el IBN detalló la demanda que pesa por parte de la Sociedad Bíblica, en contra del directorio en ejercicio, integrado por Pablo Álvarez, Luis Teneo, Jaime Esturillo y Francisco Viguera.
La demanda busca que respondan ante la justicia “por actos que atentan directamente contra los intereses de la Corporación Instituto Bíblico Nacional de Chile al punto de hacer imposible que esta siga cumpliendo sus fines, por lo cual ha solicitado la disolución y cancelación de su personalidad jurídica”, indican.
En el detalle, se asegura que dos directores de IBN, Teneo y Esturillo, “han causado un tremendo daño a la Corporación sin fines de lucro Instituto Bíblico Nacional de Chile, la que lleva un año paralizada casi por completo”.
“Existen acciones concretas de parte del tesorero de IBN, Jaime Esturillo Copano, para impedir el pago de remuneraciones y cotizaciones previsionales de los 3 trabajadores que se mantienen en la planilla del IBN Chile, desde hace un año”, acusan.
Por lo anterior, la corporación se encuentra hasta ahora sin percibir ingresos y sin acceso a recursos para cubrir sus compromisos y gastos operacionales, adeudando incluso honorarios a profesores desde noviembre de 2020.
IBN asegura no estar dictando clases
Asimismo, ambos directores -Teneo y Esturillo- formaron una sociedad por acciones, en la cual son accionistas, junto a otros profesores.
Esta sociedad usa el nombre e imagen institucional de IBN, para promocionan cursos bíblicos, cuyas matrículas son recaudadas por la sociedad comercial, dejando completamente inactiva la corporación, se indica.
En ese contexto, acusan a Teneo y Esturillo de buscar hacerse del directorio para operar en su empresa desde la corporación, como si fueran una sola cosa.
“La corporación no tiene, desde hace un año, ningún estudiante matriculado ni menos acceso a las plataformas online bajo las cuales se dictaban las clases, pues estas personas cambiaron las claves y se apropiaron de dichas plataformas digitales de la corporación, para usarlas en beneficio de la sociedad comercial en la cual son accionistas, en una acción de fuerza que es inaceptable”, acusan.
Como antecedente, agregan que se intentó registrar la marca “Instituto Bíblico Nacional IBN”, desistiendo cuando fueron notificados de la demanda.
Álvarez descarta intención de apropiarse de bienes
Pablo Álvarez, presidente del directorio y representante legal de la Corporación IBN, quien en un principio se negó a entregarnos antecedentes ante las consultas de BioBioChile, aseguró en el comunicado que “los hechos indican que ni yo ni el director Viguera, hemos ejecutado acción alguna para apropiarnos de ningún bien de la Corporación”.
Sin embargo, no explica la denuncia respecto a que decidió autonombrarse presidente, rector y representante legal de la entidad teológica sin respetar los estatutos, y generando el incumplimiento de pagos, incluidos los sueldos de los docentes y trabajadores.
“Cada uno de los directores tiene la oportunidad de defenderse y exponer los antecedentes y medios de prueba en el procedimiento judicial, que es donde deben ventilarse los desacuerdos con relevancia jurídica, que no encuentran un cauce de acuerdo entre las partes”, indica Álvarez.
“No es aceptable ni de buen testimonio, que profesores que enseñan principios bíblicos y teología desacrediten y deshonren a otras personas, de la forma en que se me ha desacreditado, por cumplir el rol para el cual fui designado”, agrega.
“El suscrito lamenta profundamente lo que está sucediendo, pero judicializado el caso, se deben plantear los hechos y el derecho ante el Tribunal, quien es un tercero legalmente habilitado para resolver mediante un fallo que las partes deberemos acatar”, concluye.
Sociedad Bíblica desmiente estar en quiebra
Desde la Sociedad Bíblica Nacional, en tanto, desmienten que estén en quiebra como se asegura, señalando que se trata de una “falsedad con propósitos que desconocemos”.
Según dicen, sus activos superan los 2 mil millones de pesos, mientras que sus pasivos -o deudas- son del orden de los 600 millones de pesos.
Asimismo, añaden que el fundador del IBN, Pablo Hoff, antes de fallecer modificó los estatutos para estipular que en caso de disolución, sus bienes pasaran a la Sociedad Bíblica Chilena, para refundar el Instituto y mantener a salvo su obra.
“Lo que SBCh está haciendo es precisamente salvaguardar dicha obra, e impedir que cuatro personas se apropien del IBN para transformarlo en un negocio privado, que es justamente lo que el Pastor Hoff, siempre quiso evitar”, concluyen.