Una millonaria demanda mantiene enfrentados a la Sociedad Bíblica Chilena (SBCh) con el Instituto Bíblico Nacional (IBN), en una disputa legal por un patrimonio de cinco mil millones de pesos. Según fuentes de BioBioChile, el objetivo de esta lucha fratricida, es decir, entre "hermanos", sería salvarse de una quiebra.
Una reunión clave se desarrolló en el octavo piso de un hotel capitalino, ubicado a pocos metros del monolito a los “expatriados del cielo y de la tierra” del cerro Santa Lucía, que recuerda la fosa común donde eran lanzados los cuerpos de los protestantes que no tenían derecho a sepultura en el Chile de los albores de la Independencia.
Allí, un grupo de líderes evangélicos se declararon en alerta para defender “hasta la agonía” la institucionalidad, el legado y, principalmente, el patrimonio de cinco mil millones de pesos del Instituto Bíblico Nacional.
Esto último, debido a la demanda que presentó la Sociedad Bíblica Chilena exigiendo la disolución del IBN. El tema es que de acuerdo a los estatutos de esta última organización, en caso de concretarse la drástica medida, la SBCh se quedaría con su patrimonio que asciende a unos 5 mil millones de pesos.
Según los argumentos de la demanda a la que tuvo acceso BioBioChile, existe un grave quiebre institucional que habría provocado “un completo cese en sus actividades y paralización absoluta de la Corporación desde diciembre de 2020”.
El hecho al que alude la demanda, tiene relación con un conflicto interno que derivó en un “quiebre en el directorio que impidió una elección válida de directorio en diciembre de 2020”.
Sin embargo, fuentes de BioBioChile cuestionan este “cese de actividades”, debido a que durante todo este tiempo y en plena pandemia, el Instituto Bíblico Nacional ha seguido impartiendo sus clases y en la actualidad cuenta con más de 800 alumnos a nivel nacional.
El origen del conflicto
Según han señalado profesores del IBN, el conflicto se originó cuando a principios de 2020, Pablo Álvarez, pastor anglicano y capellán de Punta Peuco, decidió autonombrarse presidente, rector y representante legal de la entidad teológica, sin respetar los estatutos, y generando el incumplimiento de pagos, incluidos los sueldos de los docentes y trabajadores.
En este contexto, y para asegurar la continuidad de la institución -que fundó en 1978 el misionero estadounidense Pablo Hoff-, se creó una sociedad por acciones (Instituto Bíblico Nacional SpA), que ha mantenido el giro y la misión de la entidad teológica.
En otras palabras, un directorio propio para seguir funcionando normalmente con sus clases y cumpliendo con sus obligaciones legales.
Sin embargo, la acción judicial de la Sociedad Bíblica en contra del IBN, en vez de propiciar un acercamiento para la resolución del conflicto, busca una disolución que la favorece directamente con un importante patrimonio.
Esto, porque se apropiaría de un céntrico edificio de seis pisos en pleno centro de Santiago y un amplio departamento en Providencia; además de tres propiedades en Temuco y dos en Concepción.
Los gastos de estos inmuebles son pagados regularmente por la SpA, pese a que ni estudiantes ni profesores pueden ingresar a dichos inmuebles ni hacer uso de sus dependencias para impartir clases, por orden judicial.
Líderes evangélicos apuntaron a “inescrupulosos”
Todos estos antecedentes fueron expuestos públicamente por Luis Teneo, presidente del IBN SpA y miembro del directorio original, durante la celebración del aniversario de los 43 años de la fundación del Instituto.
En esa oportunidad se informó la gestión de los últimos años y se transparentó esta situación a los líderes evangélicos, en su mayoría exalumnos del IBN.
En el encuentro también estuvo el obispo y exalumno del IBN, Emiliano Soto, presidente de la Mesa Ampliada de organizaciones evangélicas, quien acusó a “inescrupulosos” que “quieren apropiarse de una institución que nos pertenece a todos”, en directa alusión a la demanda de la SBCh.
El líder evangélico coincidió con otros pastores y comprometió todo su respaldo a la lucha que emprendió el IBN y apuntó de lleno al directorio de la Sociedad Bíblica asegurando que “las personas que están ahí no están a la altura de lo que es esa noble institución”, tras haber aprobado la demanda al centro teológico.
Con este telón de fondo, el lunes 15 de noviembre se efectuó una audiencia de conciliación en el 4° Juzgado Civil de Santiago.
A la instancia asistió el representante legal de la Sociedad Bíblica, Juan Alberto Rabah, quien hace solo algunos meses envió una sentida carta a la comunidad del Instituto Bíblico, negando que la SBCh estuviera atravesando una grave crisis financiera o que persiguiera apropiarse de los bienes y el patrimonio del IBN.
“La información que se ha entregado, mal intencionada, va en desmedro y perjuicio en contra de la Sociedad Bíblica Chilena, donde se comunica falsamente, que vive una situación de quiebra financiera y por esta razón desea apropiarse de los bienes raíces del Instituto Bíblico Nacional, comentarios indignantes que no se ajustan a la realidad y a la verdad, impropios de personas que se dicen cristianas, y que desprestigia entre los pastores, la iglesia y organizaciones evangélicas la labor desarrollada por la SBCh”, manifestaba en noviembre de 2020, Alberto Rabah.
Las “contradicciones” de la Sociedad Bíblica
No obstante, estas afirmaciones quedaron en entredicho con la demanda que precisamente apunta a activar la cláusula estatutaria que le entrega a la Sociedad Bíblica todo el patrimonio del Instituto Bíblico Nacional, demandando a sus cuatro directores, dos de los cuales han sido activos miembros del directorio.
Uno de los directores demandados es Francisco Viguera, quien desde el 2000 hasta ahora se desempeña como Secretario General de la Sociedad Bíblica Chilena y en paralelo integra el directorio del IBN. Pese a la demanda en su contra, la SBCh lo mantiene en su cargo.
El otro demandado vinculado directamente con la Sociedad Bíblica, es el pastor anglicano Pablo Álvarez, quien hasta hace algunos años era presidente de la SBCh. Asimismo, este último alcanzó cierta notoriedad como capellán en el penal Punta Peuco.
Contactado por BioBioChile, Álvarez desestimó dar su versión escudándose en que el tema está judicializado. Y Alberto Rabah, tampoco pudo ser contactado telefónicamente pese a variados intentos.
Por lo mismo, no fue posible contrastar las versiones que hay en el seno estudiantil y magisterial del Instituto Bíblico, donde se especula que la demanda de la Sociedad Bíblica Chilena sería una acción concertada al menos con los directores demandados.
Y según dichas versiones, el propósito no apuntaría a refundar el IBN, sino que a simplemente apropiarse de los bienes raíces del centro teológico, cuestión que ha gatillado las alertas en otras entidades evangélicas que también declararan como beneficiarios de su patrimonio a la Sociedad Bíblica en caso de disolución.
Así las cosas, será la justicia terrenal la que finalmente decida destino de esta verdadera guerra fratricida entre dos importantes instituciones evangélicas en nuestro país.