En su intervención en el Te Deum ecuménico de Fiestas Patrias, el arzobispo Celestino Aós dio gracias “por todos aquellos que buscan respetar y proteger los valores no negociables”.
En concreto, se refirió al “respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural”, más la familia fundada en el “matrimonio entre hombre y mujer”.
Sumado a eso, Aós habló de la libertad de los padres para elegir el modelo y el colegio de sus hijos, la promoción del bien común “en todas sus formas” y la subsidiariedad del Estado “que respeta la autonomía de organizaciones y colabora con ellas”.
Todo eso tras darle gracias a Dios y pedirle a él su bendición sobre “nuestros gobernantes, legisladores, nuestros magistrados y jueces” y “las mujeres y los varones que trabajan en la Convención Constituyente, preparando y escribiendo una nueva Constitución que nos oriente y gobierne”.
De esta manera, la Iglesia Católica chilena se cuadra con la postura de la Evangélica, que ayer en su Te Deum rechazó la idea que el artículo 102 del Código Civil pase a establecer el matrimonio como algo que se pueda contraer entre dos personas.
Hacia el final de su segundo gobierno, la expresidenta Michelle Bachelet envió un proyecto de ley al Parlamento al respecto.
Tras cuatro años durmiendo el plácido “sueño de los justos”, la iniciativa despertó con fuerza tras la última cuenta pública de Sebastián Piñera, cuando el Mandatario anunció una suma urgencia para su tramitación.
Actualmente, el matrimonio igualitario atraviesa su segundo trámite constitucional en la Cámara de Diputados.
Otros temas
En su discurso, Aós repasó varios temas de la contingencia nacional.
A su juicio, actualmente en la democracia chilena “no es tan evidente la cuestión sobre lo que ahora corresponde a la ley de la verdad, lo que es verdaderamente justo y puede transformarse en ley”.
Por ello indicó que “el criterio no puede ser el éxito y beneficio material, que con frecuencia beneficia a unos pocos” y que la opinión de la mayoría vale en parte en materias donde está en juego “la dignidad del hombre y de la humanidad”.
Además, habló de la importancia de la ecología, indicando que la “sociedad debe escuchar el lenguaje de la naturaleza” y responder a el coherentemente.
“Todos somos responsables del aire que respiramos, el agua que bebemos, los campos y bosques que cultivamos, las playas y los mares que pescamos, las minas que explotamos, las ciudades que construimos y si las embellecemos o degradamos todo está conectado y todo exige nuestro cuidado y uso responsable”, sostuvo.
En sus palabras, Aós también tuvo tiempo para repasar los multimillonarios fraudes en instituciones públicas y las repercusiones del estallido social.
“Estamos en una hora profunda y exigente, pero hermosa: la pobreza nos golpea y desafía en los rostros de los ancianos, de los enfermos, de los sin trabajo, de los inmigrantes”, partió.
“Tenemos recursos, muchos recursos; escandalosos son los fraudes y malversaciones; escandalosa es la corrupción y la violencia, la desigualdad y la injusticia”, prosiguió.
“Las causas de subdesarrollo no son de tipo material, sino que con frecuencia se originan en que el hombre ‘se desentiende de los deberes de la solidaridad"”, profundizó.