Desde Quintero, el exsindicalista Cristián Cuevas lanzó la mañana de este miércoles su candidatura presidencial pese a que La Lista del Pueblo – después de proclamarlo – diera un giro en U y decidiera no apoyar a ningún “candidate” y someter la decisión de una carta a La Moneda a “un proceso de consulta ciudadana”.
En su alocución frente a la prensa y simpatizantes, Cuevas tuvo palabras para las zonas de sacrificio, sus habitantes, y culpó al modelo y política extractivista de la crisis que atraviesan.
A su juicio, quienes lo acompañan en su aventura presidencial son “los más sencillos”, por ejemplo dirigentes sociales, trabajadores de iglesias, clubes deportivos, y quienes “llevan las ollas comunes”.
Tras ello afirmó que “he asumido este desafío porque La Lista del Pueblo me invitó” y que construirá un programa de gobierno de la mano de las experiencias sociales y políticas “del pueblo que se ha levantado”.
“Estamos orgullosos de esta responsabilidad. Tenemos un gran desafío, que no es fácil”, admitió Cuevas, quien debe reunir 33 mil firmas para poder aparecer en la papeleta de noviembre.
“Hacer posible la candidatura requiere que miles de chilenos patrocinen”, reconoció, para luego asegurar que nunca “un trabajador, un hombre de la clase, que se reconoce abiertamente desde las disidencias sexuales” había tenido la posibilidad de postularse a la Presidencia.
Además, en medio de la polvareda que levantó en la arena política su definición como candidato, Cuevas subrayó que él y los que lo acompañan no son “aparecidos”, por lo cual enumeró varios eventos que apoyó.
Entre ellos mencionó los levantamientos de Magallanes, Freirina, Aysén, Calama, Tocopilla, el movimiento estudiantil de 2001, el pingüinazo de 2006, las protestas de 2011 y el estallido social.
“No somos unos aparecidos para instrumentalizar el movimiento social, porque somos parte constitutiva”, concluyó.