Badalona es una placentera ciudad bañada por el Mediterráneo de pequeñas calles que desembocan en una amplia costanera con palmeras, frente a un mar color turquesa en donde siempre es posible ver una que otra vela navegando frente a su playa de color marrón.
“Qué bonito es Badalona en invierno y en verano, con mantilla y barretina, a la sombra y al solano”, canta el afamado Joan Manuel Serrat, quien se inspiró en su particular belleza e historia para dedicarle una canción.
Sin embargo, ese martes 10 de julio de 2018, la tranquilidad de la apacible ciudad se vio interrumpida con los gritos de una mujer que colgaba de un balcón de un edificio en calle Santa Joana de Lestonnac.
Ante el espanto de un par de transeúntes, la mujer -que identificaremos como Marcela, para resguardar su identidad- cayó desde el tercer piso, resultando con graves lesiones.
La caída
Según declaró la víctima a la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, ese día Luis Urrutia Manríquez, se ofuscó luego que ella lo ignorara, lo que derivó en una dura golpiza, dándole puñetazos en la cara y las costillas, cogiéndola del pelo, dándole golpes contra la baranda del balcón.
“Te voy a tirar”, le habría advertido. “Te voy a matar antes de que venga la policía”, gritaba, mientras algunos transeúntes miraban horrorizados desde la calle.
De acuerdo a su testimonio, el hombre la sacó fuera del balcón, quedando sujeta sólo por su mano, mientras el resto de su cuerpo colgaba en el vacío mientras ella le suplicaba que no la soltara. Sin embargo, el hombre la soltó cayendo desde el tercer piso.
El informe médico señala diversas lesiones graves, como fracturas en su pelvis y columna, además de múltiples hematomas en sus piernas y brazos, que terminaron con Marcela internada en la UCI del Hospital Germans Trias I Pujol.
En el informe policial además se incluye la declaración de una testigo que vio cuando el sujeto mantenía a la víctima sujetada del pelo y que estaba agarrada de una ventana, yendo posteriormente a socorrerla cuando cayó al suelo.
Otro transeúnte entregó un testimonio aún más cruento, asegurando que vio “a una chica colgada de una ventana y a un sujeto agarrándola de los pelos y la mano, y que la mujer pedía ayuda pues el chico la quería matar”.
“Bajó rápidamente a la calle pues tenía claro que el imputado iba a soltarla, y que vio claramente cómo el chico soltaba a la chica, la cual cayó de pie y luego hacia adelante”, concluye.
A raíz de lo sucedido, la Justicia española abrió una investigación y pidió la detención del ciudadano chileno, quien no pudo ser ubicado debido a que había viajado de regreso a Sudamérica.
Por esta razón, el 7 de enero de este año, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer N°1 de Badalona pidió la extradición de Luis Ángelo Urrutia Manríquez, de 34 años, por su presunta participación en un delito de homicidio en grado de tentativa.
La defensa
Urrutia salió de Chile en noviembre de 2017 porque tenía causas pendientes, y tras un periplo por Argentina, Brasil, Londres y Francia, finalmente se quedó en el país ibérico, más que nada por el idioma.
¿A qué se dedicaba en España? Simplemente “trabajaba” con su pareja realizando hurtos, indica su declaración.
Allí habría hecho amistad con otra pareja de chilenos y un colombiano. Precisamente, con este último, un “parce”, estaban tomando unas cervezas el día de la tragedia, cuando -según su versión- se originó una discusión con Marcela.
Todo se habría iniciado porque la mujer quería regalarle a su mamá una zapatillas Louis Vuitton, que costaban más de 500 mil pesos chilenos.
“Él contestó que no tenía pues tiene hijas que mantener, lo que originó una discusión sin golpes pero si empujones de ambas partes, luego se acostaron”, señala el documento que contiene su declaración.
Un rato después recibieron un llamado telefónico de la mamá de su pareja, quien fue alertada de lo que había sucedido por el colombiano. Y cuando se levantó para posiblemente pedirle explicaciones al “parce”, la mujer habría aprovechado su ausencia para supuestamente lanzarse por la ventana.
“Corrió para afirmarla y la agarró del pelo y luego del brazo, la dejó afirmada por los brazos en la ventana y fue a pedir ayuda al “parce”, pues no se la podía solo y ella se lanzó”.
“Él se fue al block de unos amigos chilenos, que eran “el Kevin y la Cata”, que fueron a ver en el sitio del suceso y “ella” ya no estaba ahí. Estaba todo cerrado, con huincha amarilla y un polvo blanco”, añade.
Luego de lo sucedido, el sujeto tampoco fue al hospital a saber de su pareja. “Una amiga habló con Marcela (NDLR: Su nombre fue cambiado, para proteger su identidad) y le dejó muy claro que no quería verlo. Reiteró que nunca fue al hospital y que cuando estuvo en Brasil le mandó un mensaje donde le dijo que ella se había lanzado y ella le dijo que era un mentiroso, que él la había tirado”.
Respecto de la relación que ambos tenían, Luis Urrutia sostuvo que “estamos bien, estamos mal”, agregando que “cuando estaban mal, discutían y era cuando tomaban, por diferencias de opinión y porque él no podía darle el gusto dejando de lado a sus hijas”.
“En España al principio la relación estuvo bien, pero luego cuando se ponían mal, había discusiones, que de los cinco meses que ella estuvo en España dos estuvieron juntos, pero luego discutían y se alejaban, que así era la relación”.
En ese sentido, el hombre insistió en que Marcela saltó por la ventana por no haberle dado en el gusto en comprar las zapatillas para su madre.
Pero seis meses desde su regreso a nuestro país, nuevamente el sujeto fue detenido tras ser sorprendido hurtando.
Un padre “preocupado”
Según declaró la mamá del acusado ante el Ministerio Público, la pareja alcanzó a vivir en Chile durante 2017, en una relación que calificó como “súper complicada”, porque era “mucha discusión por celos, discusiones verbales y mucho garabato”.
La mujer asegura que la víctima era “muy depresiva”, y que incluso al parecer hubo una denuncia a Carabineros, la que terminó en nada.
Respecto a lo sucedido en España, aseveró que de acuerdo a lo que su hijo le comentó, nunca quiso lanzar a su pareja por la ventana, que fue ella la que quiso lanzarse. Incluso, el trató de afirmarla y ayudarla, pero ella igual se soltó.
Por último, reconoció que su hijo ha tenido problemas con la justicia por robo y hurtos, y ha estado detenido unas 4 o 5 veces.
Asimismo, aseguró que el hombre de 34 años es padre de dos hijas, a las que fue a buscar a la casa de la abuela materna de las pequeñas apenas llegó a Chile. Esto, porque la madre de ambas falleció en un incendio.
Según declaró el acusado, a su llegada al país “se comunicó con todos sus profesores para ponerse al día con el colegio de sus hijas y luego se dio la opción de trabajar en la casa para no estar ausente nuevamente, porque ellas son chicas, la menor tiene 7 años y actualmente están de vacaciones y deben volver al colegio”.
Esto último, era una de las principales razones por las que su defensa pidió rechazar su extradición a España, que lo alejaría un buen tiempo de las menores.
La extradición
Finalmente, tras conocer todos los antecedentes y tomando en cuenta que lo sucedido daría pie para iniciar una investigación por el Ministerio Público, la ministra de la Corte Suprema, Adelita Ravanales, concedió la extradición del imputado por su presunta participación en el delito de homicidio tentado, no así por el delito de maltrato habitual.
Sin embargo, como el hombre se encuentra el libertad condicional tras ser condenado por los delitos de hurto y uso malicioso de tarjeta de crédito o débito, deberá cumplir el resto de su pena antes de ser enviado a España.
De esta forma, de no mediar una última apelación a la Corte Suprema, Luis Urrutia Manríquez deberá enfrentar a la justicia hispana por este grave caso de violencia de género.