El martes, a las 15:00 horas, la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara recibirá a las familias de tres funcionarias de la salud que se quitaron la vida, presumiblemente a raíz del acoso laboral en los recintos donde trabajaban.
“Los tres casos fueron ampliamente cubiertos por los medios de comunicación y causaron conmoción en el país”, señaló la diputada Erika Olivera.
“En cada uno de ellos hubo denuncia por acoso que no fue escuchado por sus superiores”, añadió la legisladora, miembro de la instancia.
Karin Salgado, TENS del hospital de Chillán, se suicidó en octubre de 2019 tras un sumario y hostigamiento que dejó registrado en una carta y que la llevó a atentar dos veces contra su vida.
En septiembre se iniciará un juicio en contra del Servicio de Salud Ñuble por el hostigamiento, acoso, enfermedad y accidente laboral.
Por su parte, Vanessa Araya trabajó como enfermera en la UCI del Hospital Clínico de Viña del Mar hasta que el jueves 29 de abril se conoció de su suicidio.
Según Olivera, el hecho ocurrió por “acoso laboral, abuso de poder e indiferencia”.
En tanto, Florencia Elgueta, enfermera del mismo recinto, murió por causas que se investigan, pero su madre afirmó que sufría acoso de sus colegas.
“Queremos conocer los detalles de lo que sucedió en todos los casos porque las familias necesitan ser oídas y porque es posible que estemos frente a un tipo violencia sistemática en contra de trabajadoras de la salud”, detalló la diputada.
Sumado a ello, aseveró que en medio de la pandemia se hace urgente la asistencia psicológica al personal “que se ha visto exigido al límite”.
“Todas las autoridades, tanto las de salud como las de la Inspección del Trabajo, deben estar atentas a estos episodios que tienen demasiadas similitudes”, finalizó Olivera.