Durante este martes, y tras la escalada de violencia vivida entre Israel y Palestina que ha dejado al menos menos 30 palestinos muertos, entre ellos menores, y tres víctimas mortales en Israel, el Gobierno de Chile manifestó su preocupación.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores emanaron una declaración en la que indican: “El Gobierno de Chile manifiesta su honda preocupación por la escalada de violencia originada en Jerusalén, hoy extendida a otras ciudades, y su secuela de víctimas inocentes”.
“Toda acción cuyo objetivo indiscriminado sea la población civil es injustificable, atenta gravemente contra el derecho humanitario y merece el total repudio de la comunidad internacional”, sostienen.
Asimismo, el Ejecutivo llama “a detener el progresivo deterioro de la situación mediante el inmediato cese de las hostilidades”.
“La política invariable de Chile es que debe buscarse una solución negociada al conflicto con apego al derecho internacional y a las resoluciones de Naciones Unidas, en base a Estados independientes, reconociéndose el derecho de ambos pueblos a vivir en armonía, al interior de fronteras seguras y reconocidas”, declararon.
La situación
Desde hace semanas la tensión es palpable en Jerusalén y en Cisjordania, otro territorio palestino ocupado por Israel, donde los palestinos se han manifestado contra las restricciones de acceso impuestas por Israel en determinados sectores durante el Ramadán y la posible expulsión de palestinos en Sheij Jarrah.
La actual escalada de violencia comenzó este lunes por los disturbios y protestas en Jerusalén, que se han extendido a comunidades árabes de Israel. Este martes volvieron a encenderse las manifestaciones.
En Jerusalén, la presencia policial era escasa en la Ciudad Vieja y alrededores lo que rebajó la tensión. Sin embargo, por la noche volvieron las cargas policiales en los alrededores de la ciudadela.
El Ejército informó además de un ataque con arma de fuego por parte de palestinos contra soldados israelíes desde un vehículo en Cisjordania ocupada y dijo haber “neutralizado a los dos atacantes”, causando la muerte de uno de ellos.