De poco sirvió el intenso lobby que desplegaron las autoridades de la Universidad de La República, principalmente con senadores y diputados de oposición, con el fin de evitar el cierre del plantel privado, que en sus 33 años de existencia nunca fue acreditado.
En sesión extraordinaria, el Consejo Nacional de Educación decidió acoger los argumentos planteados por la Superintendencia de Educación Superior y aprobar la solicitud de revocación del reconocimiento oficial y la cancelación de la personalidad jurídica, solicitada por la subsecretaría de Educación Superior.
Por medio de un comunicado, el CNED informó que se verificaron en la Universidad de La República las causales de no cumplimiento de los objetivos estatutarios, además de incurrir en infracciones graves a los mismos.
El requerimiento de cierre de la Subsecretaría de Educación Superior, se basa en la propuesta formulada por la Superintendencia de Educación Superior, que rechazó el Plan de Recuperación presentado por la Universidad de La República.
Durante una intervención ante la comisión de Educación del Senado, el rector del plantel privado ligado a la masonería, Fernando Lagos, sostuvo que la acción de la Superintendencia de Educación Superior no estaría apegada a legalidad.
El subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, se refirió a los pasos que se vienen antes de que se proponga a un administrador de cierre, el cual deberá velar por la continuidad de estudios de los alumnos de la Universidad de La República, generando un convenio con alguna universidad estatal.
De acuerdo al rector de la Universidad de La República, Fernando Lagos, existen 3.696 alumnos, 456 docentes y 300 funcionarios, mientras que la matrícula 2021 fue de 1.796 estudiantes nuevos, de los cuales 60 han pedido su retiro del plantel y existen otras 311 solicitudes.
Constanza Pacheco, estudiante de kinesiología, cuestionó la forma en que la Superintendencia de Educación Superior dio a conocer la noticia, señalando que la mayoría de los alumnos está por terminar sus carreras y no reubicarse.
Desde los estudiantes indicaron que la situación es incierta para la Universidad de la República, señalando que hubo interés de inversores por controlar el plantel, pero en estas condiciones es difícil que ocurra.