Duras críticas lanzó el presidente del Colegio de Profesores, Carlos Díaz, a la gestión llevada adelante por el ministro de Educación, Raúl Figueroa, con su plan de retorno a las clases presenciales, el cual producto del avance de las cuarentenas se ha ido diluyendo, existiendo a la fecha poco más de 900 establecimientos educacionales abiertos.

El presidente del gremio docente sostuvo que la realidad les ha dado la razón, argumentando que no era necesario llevar adelante un plan de vuelta a la presencialidad sin escuchar a las comunidades, y tal como ocurrió el año pasado, no resultó.

Carlos Díaz sentenció que a un mes de iniciado el año escolar, una vez más el ministro de Educación fracasó en su intento por forzar la presencialidad en las escuelas, pese a la pandemia.

“Ha fracasado en su intento de forzar una presencialidad que después la realidad se le ha dado vuelta (…) Después de la segunda semana comenzó a desaparecer y hoy ya no se le vio más”, afirmó Díaz.

El presidente del Colegio de Profesores insistió que sólo se puede volver a la presencialidad en fase 4, valorando el proyecto de ley presentado por la oposición, que busca que los establecimientos educacionales puedan abrir sólo a contar de la Apertura Inicial.

El diputado del PPD, Rodrigo González, y uno de los autores de la moción, señaló que en la comisión de Educación esperan colocar en tabla el proyecto la próxima semana, indicando que para evitar que sea rechazado como ocurrió el año pasado, se adecuó la iniciativa.

Su par de Renovación Nacional y miembro de la comisión de Educación, el diputado Hugo Rey, señaló que debido al recrudecimiento de la pandemia es necesario que los colegios cierren, pero indicó que la decisión de enviar o no a los estudiantes a clases depende de los padres.

Desde el Colegio de Profesores, en tanto, llamaron a los docentes a denunciar a los sostenedores que los obliguen a asistir de manera presencial a las escuelas, pese a estar en cuarentana, indicando que no tiene ningún sentido obligarlos a que concurran a los establecimientos educacionales, siendo que las clases son telemáticas, señalando que así como se persigue a las fiestas clandestinas también se debería hacer lo mismo con los sostenedores.