Este martes, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto que busca prohibir los utensilios plásticos de un solo uso.
El texto fue visado en su idea de legislar tras tres votaciones: las normas generales se aprobaron por 134 votos a favor, las de quórum calificado con 133 votos favorables y las de ley orgánica constitucional recibieron 130 votos afirmativos.
Luego, en particular, hubo cuatro votaciones que, en lo principal, modificaron la norma relativa a plástico certificado.
Ahora la iniciativa está en condiciones de enfrentar su tercer trámite constitucional, en el Senado, donde debe ser ratificada.
¿Qué se prohíbe y dónde?
En el proyecto se establecieron definiciones básicas para el entendimiento de esta ley, como botella plástica desechable o retornable, comida preparada o plástico certificado.
Sobre ese último concepto, por ejemplo, se indica que corresponderá a aquel plástico compuesto total o parcialmente por materias producidas a partir de recursos renovables, diseñado para ser compostado a nivel domiciliario o industrial, cumpliendo con los requisitos establecidos en el reglamento.
Además, la normativa plantea que cuando se trate de consumo dentro de un establecimiento se prohíbe la entrega a cualquier título de productos de “un solo uso”, cualquiera sea el material del que estén compuestos.
Cuando se trate de consumo fuera del establecimiento de expendio de alimentos estará permitida la entrega de productos de un solo uso, pero hechos de materiales distintos al plástico (compuesto por polímeros) y botellas de plástico retornables.
Los productos de un solo uso como vasos, tazas, tazones, pocillos, copas, envases de comida preparada que contengan alimentos líquidos o permeables y tapas que no sean de botellas podrán ser considerados como plástico certificado.
Con todo, el proyecto regula los productos de un solo uso que se entregan en restaurantes, casinos, clubes sociales, cocinerías, fuentes de soda, cafeterías, salones de té, panaderías, bares u otros locales similares que comercialicen comida preparada.
A su vez, los productos que regula son los vasos, tazas, tazones, cubiertos (tenedor, cuchara, cuchillo), palillos, pocillos, mezcladores, bombillas, platos, cajas, copas, envases de comida preparada, bandejas, sachets, individuales y tapas que no sean de botellas.
Todas las prohibiciones recién mencionadas también serán aplicables al expendio de comida preparada dentro de las dependencias de los organismos públicos a menos que por razones sanitarias, higiénicas, de emergencia o seguridad sea necesaria la entrega de productos de un solo uso tradicionales.
Esta ley también obligará a los supermercados, tiendas de conveniencia y almacenes a ofrecer siempre opciones de bebidas retornables, y a recibir el envase de un consumidor.
Para efectos de acreditar que un plástico cumple con los requisitos exigidos por esta ley, el fabricante o importador deberá contar con un certificado. Estos productos, además, deberán ser “fácilmente distinguibles”.
Al igual que con las bolsas plásticas, los locales de comida del país no podrán entregar los mencionados productos a los seis meses tras su publicación.
Gobierno contento
La ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, destacó que la iniciativa esté a poco de convertirse en ley de la República. “Este es un paso más en el cuidado y protección del medio ambiente”, dijo.
“Un proyecto responsable, pero ambicioso que permite hacernos cargo de más de 23 mil toneladas de plásticos de un solo uso que generan, al año, locales como restaurantes, bares, cafeterías y delivery”, añadió.
“El proyecto también prohíbe que los delivery de alimentos preparados entreguen en plásticos, salvo que se trate de plásticos compostables certificados. Asimismo, establece la obligación que las botellas plásticas sean hechas en base a plástico recolectado y reciclado en Chile, potenciando así la industria en nuestro país”, explicó.
“Al aprobarse esta ley, Chile contará con una de las normativas más ambiciosas del mundo en materia de plásticos de un solo uso, como lo ha señalado Plastic Oceans y Fundación Oceana, líderes globales en esta materia y actores claves para sacar adelante esta iniciativa”, cerró.
23.240 toneladas de basura al año
Un estudio sobre plásticos desechables en Chile, de Oceana y Plastic Oceans, cifró en 23.240 toneladas al año la cantidad de plásticos de un solo uso generados por establecimientos de consumo de alimentos en el país.
“La idea de realizar este informe era calcular el beneficio medioambiental que tendrá el proyecto de ley una vez aprobado, y porque detectamos que a nivel país existía muy poca información al respecto”, indicó Javiera Calisto, directora de la campaña de contaminación marina de Oceana.
“Podemos poner un freno inmediato a esta situación si la Cámara aprueba el proyecto de ley y así detener la contaminación plástica más encontrada en las playas y océanos, y que ahora sabemos que representa una gran cantidad”, agregó.
Según estimaciones de la indagación, el total de la basura producida por esta actividad equivale al peso de 116 ballenas azules, al volumen de cinco piscinas olímpicas o a la huella de carbono que una persona en auto dejaría al dar vuelta a la Tierra 5.300 veces.