A través de una carta enviada al Círculo de Coroneles, el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, planteó “muy a su pesar” el traslado del Monumento Gloria y Victoria, emplazado en la Alameda en memoria de los mártires de la institución.
En la misiva, el mandamás de la policía uniformada socializó la idea de retirar la icónica figura erigida en 1989 en la principal arteria capitalina, para trasladarla a un recinto institucional. ¿La razón? Los desmanes y ataques registrados en el sector desde el estallido social.
En efecto, Yáñez apunta que “nuestro obelisco ha sufrido permanentemente graves daños estructurales y de fachada”, por lo que “este general director, muy a su pesar, se ha visto en la necesidad de analizar trasladar el referido monumento”.
Todo ello, agrega el escrito al que accedió este medio, “en señal de respeto a la memoria de los miembros de la institución, que rindieron su vida en el cumplimiento de su misión, honrando con ello su juramento de servicio”.
El destino
Así las cosas, el “número uno” de los uniformados sugiere el traslado de la figura del Monumento Gloria y Victoria, conformada por una gran escultura femenina levantada en la cúspide del obelisco, con destino a la Escuela de Suboficiales Mayor Fabriciano González Urzúa.
Lo propio plantea respecto de la Cripta del Teniente Hernán Merino Correa (ubicada a los pies del monumento) hacia la Escuela de Carabineros del General Carlos Ibáñez del Campo, a un costado del patio Teniente Merino.
En tanto, las placas con el tallado de los nombres de los mártires, pide llevarlas hasta la Escuela de Formación de Carabineros Alguacil Mayor Juan Gómez de Almagro.
Según fuentes cercanas al general Yáñez, la carta fue enviada para analizar la pertinencia de los traslados y consensuar con los círculos los lugares de destino.
De acuerdo a lo señalado, no se ha tomado una decisión definitiva, de modo que se está a la espera de recibir la opinión de los consultados.
El monumento se ubica a sólo metros de la Plaza Baquedano, epicentro de las protestas y cuya estatua -víctima de numerosos ataques desde el estallido social- ya fue trasladada por el Ejército, tras la orden del Consejo de Monumentos Nacionales para su refacción.