Ambas cámaras coinciden en que se trata de una productividad histórica, tal vez la mayor desde el retorno a la democracia, cuando en 1990 el Congreso retomó sus funciones tras la dictadura. Por eso destacan, con orgullo, que “ni la pandemia los pudo frenar”.
El Congreso Nacional despachó 102 proyectos que se promulgaron como ley, casi un 37% más que en 2019 (70).
De las 102, un 46% correspondieron a mensajes del Ejecutivo (47 proyectos) y un 54% a mociones parlamentarias.
También, según la misma información de la Cámara Baja, del total de iniciativas publicadas, un 55% de ellas fueron ingresadas a trámite y aprobadas durante el año 2020, principalmente para enfrentar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de covid-19.
Cifras que impactaron en la decisión de poder ampliar el trabajo telemático en el Congreso para todo el 2021.
El Senado aprobó a fines de enero el proyecto de Reforma Constitucional que busca ampliar de uno a dos años la labor remota y ahora espera su aprobación por parte de la Cámara de Diputado/as, tras el receso por vacaciones.
La Cámara Alta
En su resumen entregado a BBCL, el Senado contó 1.364 sesiones de comisiones (especiales, investigadoras, permanentes o de cualquier tipo), que se traducen en 2.523 horas de labor entre enero y diciembre de 2020.
A lo anterior, sumó 160 sesiones de sala, es decir, 652 horas de debate en pleno, durante el mismo periodo.
En cuanto a proyectos de ley, en la misma Cámara Alta, las cifras muestran a 260 iniciativas ingresadas, que se traducen en 227 mociones (originadas en parlamentarios) y 33 mensajes o presentaciones realizadas por el Ejecutivo.
Se habla de casi un 50% más de productividad que el 2019, el cual, eso sí, sólo tuvo que enfrentar una parte del llamado estallido social (octubre de ese año), pero no la pandemia del año pasado, cuyo impacto aún se siente.
Por ejemplo, en ítem despacho de proyectos de todo tipo, en 2020 fueron 219 proyectos desde el Senado -entre mociones, mensajes y asuntos exclusivos de la Cámara Alta- frente a los 191 de 2019 y a los 169 de 2018.
Otro dato es lo relativo a las sesiones de Sala, si en 2020 fueron 160, con trabajo telemático incluido, en 2019 se realizaron 102 y en 2018 solo 95 de ese tipo de instancias.
Un camino similar
Al igual que el Senado, la Cámara de Diputados y Diputadas le saca brillo al balance 2020.
Con cifras similares a sus compañeros de inmueble, diputados/as también coinciden en que el trabajo telemático y la presión de la pandemia, evidenciada en los problemas económicos y sociales de la ciudadanía, fueron la clave del rendimiento.
El presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen, ha declarado en diversos espacios su satisfacción por la reducción de 8 meses a 15 o 20 días de tramitación en proyectos de ley en 2020.
“Una política pública no solo es importante por su contenido, sino también por el tiempo en que llega”, dijo Paulsen en entrevista a BBCL a principios de enero.
En el mismo sentido, también destaca que, por primera vez, las mociones parlamentarias en la Cámara Baja fueron más que los mensajes o proyectos presentados por el Ejecutivo.
Sobre el trabajo legislativo, la Sala de la Cámara realizó 146 sesiones, entre ordinarias y especiales, las que sumaron un tiempo de trabajo de 624 horas y 40 minutos, un 16% más que el año anterior.
La asistencia de los parlamentarios fue de un 99,6%, un 59,7% presencial y un 39,9% de carácter remota o telemático, con una inasistencia de un 0,4%.
En cuanto, al trabajo de comisiones, se registraron 1.249 sesiones de ese tipo de instancias permanentes, con un tiempo de trabajo total de 2.270 horas con 15 minutos.
Las testeras históricas
La presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD), asegura que se cumplieron con creces, destaca que hubo una responsabilidad potente que asumir dada la pandemia, con el impacto económico, social y humano que ha significado, a lo que se sumó “un resabio del estallido social que, con la definición de las etapas finales del proceso constituyente, generó un trabajo acelerado”, dice.
Muñoz enumera a la regulación del mismo proceso constituyente, respecto de la paridad de género y los escaños para los pueblos originarios, como también normas económicas y sociales para ir en ayuda de todos los chilenos, como el retiro del 10% de las AFP, como algunos de los temas claves del año pasado.
“Lo primero que hicimos fue esta reforma que nos permitiera trabajar de manera telemática, que ha sido al final mixto, con trabajo a distancia, entre otros. De esta manera pudimos tener sesiones desde lunes hasta viernes y, con ello, tener espacio para tomar decisiones históricas”, destaca la senadora del PPD.
Por su parte, el diputado de Evópoli y vicepresidente de la Cámara Baja, Francisco Undurraga, también concordó en lo clave que resultó el trabajo telemático.
“Es un orgullo haber estado a la altura de las circunstancias en la Cámara. La mesa directiva se puso al servicio de la ciudadanía a pesar de las mociones de censura, que no se condicen con la productividad y cómo hemos abordado la contingencia”, destaca Undurraga.
“Esto no hubiera sido así si durante el periodo como presidente de la Cámara del diputado Iván Flores no se hubiera aprobado el trabajo telemático. Cuando hablamos de un 98% de asistencia, es porque los diputados pudimos conectarnos desde diversos lugares”, añade.
Undurraga también concuerda que el 18-O y la pandemia aceleraron la labor en el Congreso.
Proyección 2021
Ambos también concuerdan en que hubo coordinación entre el Senado y la Cámara, pero donde hay matices es en su proyección de cifras para este año.
“Proyectamos el 2021 de la misma forma en que lo tuvimos que hacer en 2020, ya que por la expansión del virus la normalidad va a costar mucho alcanzarla, pese a la vacunación que avanza rápido, pero han quedado muchas secuelas e impacto en la vida de los chilenos, no solo en salud, sino también desempleo, también en violencia hacia la mujer, tenemos una juventud cesante. Entonces, hay una vida social dramática que vamos a tener que abordar en el debate legislativo”, destaca a BBCL la senadora Muñoz.
Sobre este punto, Undurraga dice que “aquí la productividad no se ve por horas trabajadas, se ve por los proyectos sacados adelante en relación de las necesidades del país. El foco va a estar en la constituyente. Creo que vamos a tener un poco más de calma, hay que concluir los proyectos que son materias de estudio y que también son urgentes”.
Otro aspecto a considerar en el 2020 fueron los chascarros telemáticos, como la copa de vino en sesión de la senadora UDI, Jacqueline van Rysselberghe, o el criticado fondo de pantalla que puso el senador RN Francisco Chahuán. “Fueron cosas mínimas y bajo las complejidades de un sistema que debió aprenderse rápido”, explica la senadora Muñoz.
Finalmente, hay otro matiz entre ambas testeras.
Mientras la senadora Adriana Muñoz, así como toda la mesa directiva, dejará su cargo y por acuerdo de oposición llegarán senadores DC a ocupar la presidencia y vicepresidencia, el diputado RN Diego Paulsen anunció que buscará repetirse el plato. Le quedó gusto a poco.