El Senado le restó validez a la versión del sobrino del senador Alejandro Navarro, quien señaló que parte de los $60 millones que le robaron a fines de noviembre pasado, en un atraco fuera de su casa en el sector Collao de Concepción, provenían de una indemnización de 14 años por su trabajo como asesor del parlamentario del PRO. "Me indemnizó directamente Alejandro Navarro, no la corporación", asegura Eduardo Hernández ante la precisión entregada por la Cámara Alta.
Una indemnización de 1,5 millones de pesos es todo lo que recibió Eduardo Hernández Navarro por su trabajo entre enero de 2012 y marzo de 2014 como asesor parlamentario de su tío, el senador Alejandro Navarro, quien lo finiquitó bajo la causal del inciso 1 del artículo 161 del Código del Trabajo, referida a “las necesidades de la empresa, establecimiento o servicio”.
Así lo confirmó el Senado en una extensa y detallada respuesta entregada vía Transparencia a BioBioChile y con ello liquidó la versión de Hernández sobre el origen de los 60 millones de pesos que le fueron robados en un atraco a fines de noviembre del año pasado, en que incluso resultó con una herida de bala en la mano, cuando le quitaron una mochila con el dinero en su interior, mientras salía de su casa en el sector Collao de Concepción.
El sobrino del parlamentario, en ese momento, aseguró que parte del millonario monto lo obtuvo como finiquito por los 14 años en que se desempeñó como asesor de su tío congresista, además de un préstamo de $35 millones que le hizo su suegro, con cuyos recursos planeaba comprar un “camión frigorífico marca Mercedes Benz avaluado en $55 millones, además de la apertura de una carnicería en el sector de Los Lirios en Concepción”.
Claramente, hay una distancia entre lo que argumenta el exasesor del parlamentario del PRO y el Senado, además de lo que señala el círculo cercano de Navarro.
Lo que dice la Cámara Alta
“El senador Alejandro Navarro Brain contrató directamente los servicios del señor Eduardo Hernández Navarro por el periodo 01 enero de 2012 Hasta el 10 marzo de 2012. Posteriormente, con la entrada en vigencia de las normas ya señaladas de la Resolución del CRAP, el 11 de marzo de 2012, entre el Senado, representado por su entonces Secretario General y don Eduardo Hernández Navarro se celebró un contrato de trabajo de plazo indefinido”, dice parte de la respuesta de la Cámara Alta.
Respecto de la labor de Hernández, la corporación dijo que correspondieron a las propias de sus funciones y, en especial, aquellas propias de un trabajador administrativo y territorial, “quedando bajo las órdenes y dependencia directa del senador Navarro, y debía cumplirlas en la Región del Bío Bio y en la Región Metropolitana cuando correspondiera”.
También confirmó que en principio se le canceló $350 mil pesos mensuales y luego en abril de 2012 se le incrementó a 868 mil pesos brutos.
Así, además de las labores administrativas de oficina que debió prestar para el senador Navarro, se incorporó a sus obligaciones el cumplimiento de funciones administrativas y territoriales para el Comité de Senadores Partido Movimiento Amplio Social MAS.
Finalmente, describe que la relación laboral se extendió hasta el 11 de marzo de 2014, cuando se firmó el finiquito por “necesidades de la empresa”.
“La naturaleza de la contratación del señor Hernández fue la de personal de apoyo, obligado a cumplir periódicamente las funciones que se detallan en su contrato, y no como asesor externo como se ha afirmado, de modo que nunca estuvo obligado a preparar y entregar estudio o informe alguno, como tampoco le era exigible condición académica o competencia profesional de ningún tipo para el ejercicio de sus funciones de administrador de sede parlamentaria”, cierra el documento aportado a BBCL por el Senado.
La respuesta de Hernández
“Efectivamente, yo estuve contratado por el senado por un breve periodo dado que salió una ley donde era incompatible contratar familiares, por lo que mi trabajo con el senador Navarro fue con un contrato directo con él”, dice Eduardo Hernández a BBCL.
“Me indemnizó directamente Alejandro Navarro, no la Corporación. Finiquitó por años de servicio. Vendí un auto. Y no daré más declaraciones porque se ha tergiversado mucho el tema”, agregó.
Sin embargo, minutos después, volvió a responder: “El finiquito se firmó en la Notaría Garcia (ubicada en el centro penquista)”.
Ante la consulta de si tenía una copia en su poder, Hernández dijo que “no”.
Desde el círculo de Navarro
Guillermo Rioseco, abogado del senador Alejandro Navarro, aseguró que Hernández busca justificar el origen del monto que le robaron con dinero que no corresponde a su labor como asesor parlamentario del congresista por el Bío Bío.
Si bien el jurista reconoce que la relación laboral del sobrino con el senador fue más allá de los dos años que señala el Senado, precisa que no se extendió por 14 años como dice Hernández.
Sin embargo, agrega un dato que le daría mayor validez a la versión del exasesor: existió un finiquito por una relación laboral directa entre ambos, pero cuyo monto, según Rioseco, tampoco se ajustaría a los millones que buscaría justificar Hernández.
También confirmó que el vínculo político entre tío y sobrino se distanció cuando en 2017 Eduardo Hernández le lanzó monedas en la cara al en ese entonces candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera.
Rioseco asegura que en 2018 estuvo en un comparendo en que Hernández reclamaba disconformidad por un finiquito de trabajo, sin embargo, dice que desconoce el monto que acordaron las partes.
“Fui a ese comparendo, y él alude a un contrato de trabajo que no vi. Ese comparendo quedó ahí”, dijo el abogado.
“Que yo sepa, este señor nunca demandó al senador (…) Pero, a mí no me cuadra, no sé cuanto trata de justificar con los finiquitos con el senador, pero, hay harta diferencia”, añade el abogado Rioseco.
Pese a la insistencia de BBCL, para que el abogado de Navarro precisara tras la conversación el monto del finiquito, al cierre de este artículo no recibió dicha información.
La Fiscalía indicó que la investigación sobre este confuso caso, originado en un violento robo, se mantiene vigente.