No hay conformidad en los pueblos originarios tras la aprobación de la reforma que les asegura exclusividad en 17 de los 155 cupos que componen la Convención Constitucional que redactará una nueva Constitución.
Líderes de pueblos atacameño, rapanui, mapuche y kawashkar plantearon sus dudas ante una eventual “captura” de los partidos de sus escaños reservados, debido a la opción de que puedan ser militantes de colectividades, con ascendencia étnica, quienes postulen a los puestos que se legislaron para representar a comunidades y, al final, terminen por obedecer colores políticos.
“No se metan con nuestros escaños”, dice el dirigente de la Asociación de Municipalidades con Alcalde Mapuche y jefe comunal de Tirúa, Adolfo Millabur, quien analiza presentarse como candidato a convencional si es que su comunidad de la provincia de Arauco lo decide.
“Son nuestros cupos”, replica el alcalde de Rapa Nui, Pedro Pablo Edmunds Paoa.
Una elección que está programada para el domingo 11 de abril de 2021.
Lo que dice la ley
La reciente reforma constitucional que permitió los 17 escaños reservados para pueblos indígenas fue aprobada a mediados de diciembre.
La ley asigna 7 cupos para el pueblo mapuche, 2 para los aimara y un escaño por cada pueblo, diaguita, colla, atacameño, quechua, yagán, kawésqar, chango y rapanui.
Sobre los requisitos para los candidatos la legislación señala que deberán acreditar que pertenecen a algún pueblo, mediante el correspondiente certificado de la calidad de indígena emitido por la Conadi, a excepción del pueblo chango, quienes sólo deben hacerlo por medio de una declaración jurada.
También se establece que las postulaciones de pueblos mapuche, aimara y diaguita deben contar con el patrocinio de al menos 3 comunidades o 5 asociaciones indígenas registradas ante Conadi o un cacicazgo tradicional, reconocido por la ley, o 3 organizaciones representativas de pueblos que no estén inscritas.
Se permiten candidaturas patrocinadas por 120 firmas de personas con calidad indígena acreditada, del mismo pueblo, para el caso mapuche, aimara y diaguita.
Respecto de los otros pueblos, alcanzará solo con el patrocinio de una comunidad, asociación registrada u organización no registrada o con el patrocinio de al menos 60 firmas.
“No nos gustó como quedó la ley”
Adolfo Millabur asegura que el mundo mapuche está disconforme cómo quedó la ley.
“Lo primero, que no sea por auto identificación, sino que por registro, que por el tiempo que queda completarlo, es una complicación extra. La propuesta inicial era que fueran 24 y quedaron 17. Nosotros, los mapuches, somos los grandes perdedores de los escaños, porque somos el 86% de la población indígena y tocamos menos de lo que debiera ser”, asevera
Millabur.
“También el requisito que nosotros propusimos, que se definieran que la candidaturas fueran patrocinadas por la comunidades, asociaciones de indígenas y que fueran sin militancia política los postulantes. Todo eso no quedó. Para patrocinar una candidatura tiene que ser con 3 comunidades o 5 asociaciones indígenas, pero además se impuso otra opción, que sean 120 personas, que de manera individual puedan patrocinar a un candidato indígena”, agrega Millabur.
Esta última opción no acepta el mundo mapuche de Arauco, ya que dejaría espacio para que partidos políticos puedan intervenir y, según Millabur, viciar el objetivo del proceso.
“Así caben militantes de partidos políticos, incluso sin decirlo públicamente, esa es la trampa”, añadió.
“Nosotros esperamos que no pase y nuestra aspiración es que no se involucren los partidos, porque lo que esperamos que estén ahí representen a los pueblos. Si lo hacen engañan a la gente y seguirían con el tutelaje a la aspiración de los pueblos, sería una mala señal si influyen”, sostiene.
El grito desde Rapa Nui
Desde Rapa Nui, el jefe comunal, Pedro Pablo Edmunds Paoa, también se une al reclamo de su par de Tirúa.
“Ahí está la trampa -critica el alcalde- así como otras que hemos visto (…) No paran de jugar con algo que no deberían hacerlo político. Todos los pueblos originarios coincidimos en que debemos enriquecer la nueva República y esa postura tiene que ver con la base civilizatoria de las etnias”.
“Involucrar a lo político, daña eso, ensucia. Hay que ponerle freno a eso, para evitar que eso pase. Por eso luchamos los pueblos originarios”, añade.
Pedro Pablo Edmunds Paoa asegura que en la isla ya hay indicios de movimientos de partidos políticos para captar el único cupo que tiene el pueblo Rapa Nui en la Convención Constitucional.
Desde el mundo atacameño
Sergio Cubillos Peine, presidente del Consejo de Pueblos Atacameños -pueblo originario al que se le asignó un cupo en la Convención Constitucional- indicó que en el norte hay dudas sobre participar en el proceso.
“Encontramos que 17 escaños no es una participación efectiva de los pueblos originarios. Esto es un juego maquinado por un sector político”, destaca Cubillos.
Sobre la posibilidad de que intervengan partidos políticos en el proceso, el representante atacameño afirma que “es lo que decía antes, esto tiene que ver con un aprovechamiento de los partidos para tener el control de la Convención Constitucional. Por eso, que se deje que personas que militan en partidos puedan ser candidatos tiene que ver con eso”, añade.
“Nosotros vamos a denunciar si pasa eso. No solo si pasa en el pueblo atacameño, sino que otros hermanos también lo harán, del norte y sur de Chile, eso se va a denunciar”, advierte Cubillos.
“No van a pelear por nuestros derechos”
Haydee Águila, presidenta de la comunidad Atap del pueblo kawashkar, en la región de Magallanes, también golpeó la mesa en relación a la ventana abierta que les quedó al mundo político para hacerse de sus cupos.
La dirigenta explicó que en la zona hay 16 comunidades kawashkar, algunas que están guiadas por acción de partidos políticos, sin embargo, en el grupo de las cinco a la que pertenece ella, ninguno se vincula con ellos.
“No hay que confundir la temática de un pueblo originario, jamás se ha hecho con partidos políticos”, destaca.
“Ellos nunca van a pelear por un derecho indígena. Van a pelear por ellos y su gente. No se olviden que acá hubo un etnocidio con nuestro pueblo, en que el Estado no se ha hecho responsable”, añade.
“Cuando una persona no tiene un acervo cultural, donde tiene sus raíces, ascendencia o ADN, nada va hacer por su pueblo. La persona que sea debe tener dos dedos de frente de conciencia cultural”, concluye Haydee Águila.
Un especie de “Colonización Constituyente” plantean los pueblos originarios, algo que los alerta y quieren impedir.