En su afán de dilatar la situación y evitar cubrir los gastos médicos de un paciente de 72 años que padece leucemia, la Isapre CruzBlanca decidió apelar a una resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago que le ordenaba hacerse cargo del tratamiento. La historia parece repetida.
Abrumado por la decisión de su aseguradora, J.M.G.C (72) -diagnosticado en 2011 de leucemia linfática crónica- decidió iniciar en contra de la empresa un litigio buscando conseguir que le financien el Ibruntinib, que le permitiría tratar la patología según el Comité Médico que evaluó su caso.
Se trata de un medicamento cuyo costo mensual bordea los $9 millones 600 mil, dinero que la isapre, parte del Grupo BUPA (British United Provident Association), no está dispuesta a desembolsar en caso que se lo ordene un tribunal.
El 8 de agosto de este año el abogado del paciente -Samuel Donoso Boassi- ingresó a la Corte de Apelaciones de Santiago un recurso de protección, argumentando que CruzBlanca utilizó un criterio “única y exclusivamente económico, reglamentario y formalista” para negarle la cobertura.
El remedio permite nada más y nada menos que salvarle la vida al paciente, razón por la que -según indica el recurso- lo hecho por la isapre “constituye una acción ilegal y arbitraria” que atenta contra el derecho que tiene J.M.G.C. a la vida e integridad física y psíquica, el derecho a la igualdad ante la ley, el derecho de acceso a la salud, y el derecho de propiedad sobre cosas incorporales”.
Tras declarar admisible el recurso, el tribunal de alzada capitalino solicitó el 11 de agosto un informe a CruzBlanca sobre este caso en particular, documento que no fue entregado en el plazo que correspondía buscando la compañía dilatar aún más la situación, pese a que está en juego la vida de una persona.
En ese escenario la corte otorgó un nuevo plazo y el informe al final llegó, obviamente con argumentos para que se rechazara el recurso de protección que presentó la defensa del paciente.
En paralelo, la isapre ofreció un trato extrajudicial donde ofrecieron prestar cobertura parcial al tratamiento, en principio por 3 meses.
“Evaluada su situación particular, nuestro Comité Técnico Médico ha determinado otorgar una cobertura de excepción, extracontractual y voluntaria, de 90% con tope de $4.000.000 mensuales, para 3 meses de tratamiento inicialmente”, indicaron desde la empresa.
Fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago
La semana pasada, específicamente el viernes 6 de noviembre, la Tercera Sala de la corte capitalina decidió acoger el recurso de protección estableciendo que “el medicamento Ibrutinib es el medio apto e idóneo para solucionar el problema de salud del recurrente, no siendo un procedimiento médico experimental que carezca de sustento técnico”.
“La negativa de la recurrida de otorgar la cobertura para el medicamento que requiere la recurrente, constituye un acto arbitrario que conculca la garantía del derecho a la vida y a la integridad física de la recurrente, desde que la priva del acceso al mismo, ocasionándole un daño grave”, añade la resolución.
En consecuencia, el tribual ordenó a CruzBlanca otorgar la cobertura del medicamento, lo que obviamente fue una buena noticia para el paciente, aunque aquello no duraría muchos días.
La batalla de CruzBlanca
Al límite del plazo legal, el abogado de la isapre, Felipe Soto Toro, apeló a la sentencia esgrimiendo que no existe arbitrariedad o ilegalidad por parte de su representada.
En concreto, apuntan a que el actuar de la isapre no es ilegal argumentando que
“ni las Garantías Explicitas en Salud (GES) para el diagnosticó del recurrente, ni el contrato de salud, ni la Ley Ricarte Soto, la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas (CAEC), el DFL 1 del año 2005 del Ministerio de Salud, ni el Arancel Fonasa en su modalidad Libre Elección le otorga cobertura al medicamento Ibruntinib para tratamiento de enfermedad Leucemia Linfática Crónica, sin cura”.
Por su parte, la defensa del afectado también apeló buscando que CruzBlanca sea condenada en costas, toda vez que mostró una actitud dilatoria a lo largo del proceso.
Así las cosas, J.M.G.C deberá continuar esperando varias semanas más para saber si podrá o no acceder al tratamiento que le recetaron sus médicos para salvarle la vida. Desde 2011 ya ha pasado por dos procesos de quimioterapia y debido a su edad y complicaciones, podría no resistir un tercero.
Para él la situación no es sorprendente, toda vez que -a su parecer- CruzBlanca actúa de esta forma buscando evitar que queden precedentes judiciales en la materia.
“Están jugando con la voluntariedad para tratar de correrse del tema de fondo acerca de que si ellos tienen que asumir estos costos legalmente”, señala del otro lado del teléfono.
Es importante mencionar que BioBioChile se contactó con el departamento de comunicaciones de isapre CruzBlanca e intentó en más de una oportunidad acceder a una declaración de la empresa sobre este caso en particular, sin embargo la entidad optó por guardar silencio frente al tema y continuar batallando judicialmente en contra de su afiliado.