“Matamos a cuanto hueón pillamos” y “donde estaban los mástiles, a esos hueones los tuvimos toda la noche colgados ahí”. Ambas declaraciones corresponden a José Florentino Fuentes Castro, sargento de Carabineros en retiro, condenado por el Caso Degollados.
Sus confesiones forman parte de un audio inédito –publicado por CHV Noticias– y entrega detalles hasta ahora desconocidos de casos de detenidos desaparecidos y crímenes durante la dictadura cometidos en Neltume y Concepción.
“Agarramos a estos hueones. Matamos a cuanto hueón pillamos. Cuando se mataban los hueones empiezan los remordimientos. Entonces tomábamos un trago, pero yo muy poco, para curarse, para evadirse, volarse, qué se yo, cualquier huevada”, dice Fuentes sobre las matanzas en la zona precordillerana de Valdivia, lugar que fue ocupado por el MIR para implementar una resistencia armada en la década de los 80.
“No me da remordimiento, creo que lo que hice fue justo”, reflexiona luego.
El carabinero (r) que estuvo recluido en Punta Peuco por el asesinato de Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero, agrega que “estando heridos los hueones, no tienen porqué hablar”.
“Entonces, es fea la hueá cuando uno le dice… puta, un hueón herido y rematarlo. Esa hueá es como cobardía, pero la hueá había que hacerlo”, señala.
Concepción
El audio también recopila confesiones respecto del caso conocido como “Ecuatorianos”. Según consigna el reportaje “el 17 de septiembre de 1973 y también como miembro del Sicar, (Fuentes) participó en la detención de dos miembros de la Congregación Bautista, estudiantes de la Universidad de Concepción sin militancia política”.
El artículo hace referencia a los jóvenes oriundos de Ecuador, Felipe Campos Carrillo (19) y Jimmy Torres Villalba (23). A ambos se les vio por última vez con vida en la Prefectura de Carabineros de Concepción.
“Donde estaban los mástiles, a esos hueones los tuvimos toda la noche colgados ahí. Y los hueones no quisieron hablar”, comenta.
“Y estaba el pelado que era un mayor. Ese hueón ordenó matar a esos hueones. ¿Y sabe dónde los llevamos? A la desembocadura (del río Bío Bío)”, agrega.
Entre risas, el otrora sargento cuenta que “los pillaron unos pescadores al otro día y estaban amarrados así, en vez de esposados, estaban amarrados con unas mangas de camisa de Carabineros y los hueones, en las carteras tenían un recibo de comprobante de dinero”.
“Nosotros nunca quisimos hablar. Nunca”, confiesa Fuentes, quien salió de la cárcel en 2016, con el beneficio de libertad condicional.