Siete comunas de Santiago y dos de la región de Valparaíso iniciaron el pasado martes el desconfinamiento después de que algunas permanecieran en cuarentena desde marzo, al estabilizarse las cifras de contagio y fallecimientos por coronavirus.
El inicio de la flexibilización, anunciado el viernes por las autoridades, ha provocado reservas entre expertos y epidemiólogos, que advirtieron que las zonas pobres en una ciudad tan segregada como Santiago han sido las más golpeadas por la pandemia. Y eso las deja en una situación de mayor vulnerabilidad en esta nueva etapa.
Los indicadores de contagios y muertes en esas áreas contrastan con sectores de la ciudad más acomodados, con porcentajes más altos de empleados con posibilidades de hacer teletrabajo.
En la llamada etapa de “transición”, cerca de un millón de personas puede volver a salir a la calle entre lunes y viernes sin solicitar un permiso a Carabineros, como hasta ahora.
Los feriados y los fines de semana se mantiene la cuarentena. Además, a nivel nacional continúa el toque de queda nocturno, la suspensión de clases presenciales -salvo en Isla de Pascua- y el cierre de fronteras al turismo.
Los pequeños comercios atendidos por personas que viven en las comunas pueden funcionar en esta etapa, pero permanecen cerrados restaurantes, cines y grandes centros comerciales.
El inicio del desconfinamiento se adoptó después de siete semanas con cifras de contagio a la baja y una estabilización en alrededor de 2.000 infecciones por día, pese a las críticas del Consejo Asesor del Ministerio de Salud.
Al respecto, el ministro de Salud, Enrique Paris, reconoció que “pueden haber rebrotes, estamos todos conscientes”, sin descartar que si suben los casos darán marcha atrás.
Los cuestionamientos de los expertos
Tras el anuncio de la reanudación gradual de actividades, varias autoridades, médicos y científicos han comentado su preocupación por la medida.
La inquietud tiene que ver fundamentalmente con que la medida supone obviamente el aumento en el movimiento de las personas, lo que podría agravar los contagios.
Y efectivamente, de acuerdo al quinto reporte del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, ISCI, en conjunto con la Universidad de Stanford, la movilidad repercute directamente con el aumento de casos y de manera importante.
Al respecto, la gran interrogante para la creación de políticas públicas es cuánto disminuye el número de contagiados una vez que se reduce la movilidad. Y según los resultados de la investigación, la disminución en un 10% de la movilidad provoca una caída en la tasa de contagio de entre un 15% y un 25%.
La movilidad aumenta el riesgo de contagios
“Durante la cuarentena total en Santiago iniciada el 15 de mayo, la movilidad se mantuvo 35% por debajo del nivel observado a comienzos de marzo. A comienzos de junio, los casos nuevos diarios en la ciudad eran del orden de 3.500 y con la cuarentena se genera una tendencia a la baja”, indica el informe.
“De hecho la reducción semanal promedio de infectados durante las siguientes 7 semanas fue de 22%, llegando hoy a unos 600 casos diarios. Supongamos en cambio que la cuarentena total hubiese bajado la movilidad en un 45%, una reducción mayor al 35% que efectivamente se registró. En este caso, nuestras estimaciones indican que la tasa de nuevos contagios hubiese bajado a una tasa promedio semanal de 38%”, agrega.
“A esta tasa, hace ya tres semanas se hubiese llegado a los 600 casos diarios que hoy nos llevan a iniciar un camino de desconfinamiento. Es decir, la reducción de movilidad mejora la mitigación de la pandemia de manera importante”, sentencia el estudio.
En definitiva, la movilidad está estrechamente relacionada con el número de infecciones, por lo tanto, “relajar las restricciones de movilidad puede aumentarlas”.
Marcelo Olivares, investigador ISCI y uno de los autores, apunta a que “es crucial mitigar los efectos del aumento de movilidad una vez se comiencen a implementar las medidas de desconfinamiento progresivo con medidas complementarias”.
“Promover una conciencia sobre el uso de medidas de protección, tales como el uso permanente de mascarillas y el lavado constante de manos, la restricción del movimiento, haciendo solo viajes necesarios, así como, evitar las aglomeraciones, como también el aumento de la eficiencia en el aislamiento de casos confirmados y trazabilidad de sus contactos, son fundamentales para evitar el rebrote y aumento de contagios en Santiago”, concluye el experto.